Con la responsabilidad de reforzar las relaciones, el papa Francisco se convirtió ayer en el primer pontífice de la historia en visitar la iglesia anglicana de Roma, donde convocó a caminar juntos tras lo cual dio por superados los siglos de recíproca desconfianza.
Mucho, en Roma y en el mundo, ha cambiado desde entonces. En el curso de estos dos siglos mucho cambió también entre anglicanos y católicos, que en el pasado se miraban con sospechas y hostilidad; hoy, gracias a Dios, nos reconocemos como verdaderamente somos, hermanos y hermanas en Cristo, a través de nuestro bautismo común, aseveró el pontífice este domingo en su histórica visita a la Iglesia All Saints, para conmemorar los 200 años del primer servicio público anglicano en la capital italiana.
Como amigos y peregrinos deseamos caminar juntos, seguir juntos a nuestro señor Jesús, convocó Francisco, casi seis meses después de firmar un histórico acuerdo con el arzobispo de Canterbury Justin Welby, celebrando los 50 años de diálogo entre católicos y anglicanos.
Ubicada en un antiguo convento agustiniano a metros de la Piazza Spagna, de estilo neogótico, la Iglesia All Saints (De todos los santos) fue construida en la década de 1880 y es parte de la arquidiócesis de Italia y Malta, reconocida recientemente por el estado italiano. La primera piedra se puso en 1882 y cinco años más tarde se celebró la primera eucaristía.
Católicos y anglicanos estamos humildemente agradecidos porque, después de siglos de recíproca desconfianza, estamos ahora en grado de reconocer que la fecunda gracia de Cristo está también en la ópera de los otros, destacó en su calidad de Obispo de Roma, tal como se presentó al ser elegido el 13 de marzo de 2013.
Agradecemos el Señor porque entre los cristianos creció el deseo de una mayor cercanía, que se manifiesta en el rezar juntos y en el común testimonio del Evangelio, sobre todo a través de varias formas de servicio, agregó Francisco en otro paso del ecumenismo (diálogo entre cristianos) que impulsa desde su Pontificado.
Desde hace más de diez años existe un hermanamiento informal entre la Iglesia Anglicana y la Parroquia de Todos los Santos en la Via Appia romana, que fue formalizado esta tarde con una declaración sobre las intenciones de continuar trabajando al servicio de los pobres como forma de profundizar la amistad entre los dos grupos cristianos.
Durante la ceremonia, el pontífice bendijo un ícono de Cristo hecho para el 200 aniversario anglicano por el artista británico Ian Knowles.
A veces el progreso en el camino hacia la plena comunión puede parecer lento e incierto, pero hoy podemos dar ánimos a nuestro encuentro. Por primera vez un obispo de Roma visita su comunidad. Es una gracia y también una responsabilidad, la de reforzar nuestras relaciones, aseveró Jorge Bergoglio.
El diálogo católico-anglicano se inició el 23 de marzo de 1966 con un recordado encuentro entre el entonces papa Pablo VI y el arzobispo de Canterbury de esa época, Michael Ramsey, en el que renovaron las relaciones que durante cinco siglos se habían visto trabadas.
Junto a Francisco estuvo Jonathan Boardman, capellán de la Iglesia desde 1999, además del reverendo David Moxon, representante personal en Roma de Welby, director del Centro Anglicano de Roma, una suerte de embajada anglicana ante la Santa Sede, instituido poco después del encuentro entre Ramsey y Montini, que fue un primer gesto concreto de la comunión.
El último paso del diálogo entre anglicanos y católicos se dio el pasado 5 de octubre, cuando el pontífice y Welby insistieron en el compromiso y en el deber de estar unidos en la causa común de apoyar y defender la dignidad de todos los hombres aún con las divergencias existentes.
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