Siembra mecanizada de alfalfa en la Puna

Cangrejillos

Siembra mecanizada de alfalfa en la Puna

Siembra mecanizada de alfalfa en la Puna

Productores de la Comunidad Aborigen de Cangrejillos iniciaron la campaña de siembra mecanizada de alfalfa, con el apoyo del INTA Abra Pampa y de la Comisión Municipal de esa localidad.La experiencia forma parte de un proyecto de desarrollo rural comunitario orientado a innovar en las prácticas ganaderas locales.
En una región eminentemente ganadera, como es la Puna, la disposición de suficientes recursos forrajeros para las diferentes especies de ganado doméstico que allí se producen, es una necesidad constante. Necesidad que se traduce en una fuerte demanda por parte de los productores, de asistencia técnica y recursos materiales para cubrir o mejorar la oferta forrajera existente, en cantidad y calidad.
Desde al área de producción de forrajes del INTA Abra Pampa, se busca dar respuesta a esta demanda adecuando conocimiento, prácticas y tecnologías a las condiciones locales de producción.“A pesar de los riesgos por eventos climáticos,como la ocurrencia de heladas en época estival y alta probabilidad de granizadas,la producción de alfalfa en la zona es una realidad y justifica su cultivo en territorios con microclimas especiales, en donde se pueden lograr muy buenos rendimientos bajo ciertas condiciones de manejo del cultivo”, aseguró a Pregón Campo el Ing. Agr. Darío Carlos Castro, quien se desempeña como investigador del INTA Abra Pampa en el área de cultivos andinos y producción de forrajes.
Con una amplia experiencia en el cultivo de la especie en distintos ambientes, lograda en diferentes instancias laborales, el Ing. Castro inició en el año 2014 estudiosde producción de alfalfa en el ambiente puneño, más específicamente, en el campo experimental del INTA Abra Pampa, ubicado a 3580 msnm, en el paraje Miraflores de la Candelaria del Departamento de Cochinoca. “Para iniciar los estudios se tomó en consideración la característica de los suelos, los datos climáticos registrados para el área y sobre todo la ocurrencia de heladas tempranas y tardías – explica el Ing. Castro-, y en función de esta información básica se seleccionaron y ensayaroncinco variedades de alfalfa, cada una de ellas con características de tolerancia a algún factor limitante para la producción en nuestra zona como por ejemplo, temperaturas bajo cero, salinidad, nematodos, pulgones y otros”.
Con los ensayos, que ya llevan dos años de ejecución, se lograron importantes conclusiones sobre aspectos relacionados a preparación de suelos, épocas de siembra, requerimiento de agua, control de plagas y rendimiento del cultivo de cada variedad. Al respecto el Ing. Castro afirma “los resultados son altamente promisorios para una de las variedades ensayadas, de la cual se obtuvieron 10180 kilos de materia seca por hectárea, con los cuales, un productor podría autoabastecerse de 500 fardos de alfalfa de 20kg cada uno. Ante estos resultados, estamos en condiciones de replicar la experiencia en campo de productores y por eso comenzamos a trabajar en Cangrejillos, en donde existe un microclima comparativamente más favorable al del campo experimental del INTA en el departamento de Cochino-ca”.
“Iniciativas para el desarrollo local comunitario”, es el nombre del proyecto que la comunidad aborigen de Cangrejillos gestionó ante el INTA, y que se lleva a cabo con el acompañamiento del Méd.Vet. Marcos Cesar Abalos, quien forma parte del Área de Producción Animal del INTA Abra Pampa. Sobre la experiencia el profesional comenta que “la recuperación de las prácticas de cultivo de alfalfa, fue una de las principales demandas de los participantes del proyecto y en ese sentido, buscamos complementar distintas herramientas institucionales, tanto de investigación como de extensión, sumando también el aporte de otras actores públicos y privados”.
Esta primera campaña de siembra, se inició con talleres de capacitación sobre manejo de pastizal natural y siembra de pasturas. Posteriormente se extrajeron muestras de suelos potenciales para la siembra de alfalfa y se analizaron en el Laboratorio de Suelos de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNJu; finalmente en función de los resultados se determinaron las condiciones de siembra y lo sitios de ensayos en campo de productores.
De la variedad de alfalfa probada en el INTA, se sembraron tres hectáreas pertenecientes a 12 productores, que cuentan con sistema de riego por surco que garantiza el desarrollo del cultivo, sobre todo en la etapa de implantación. Para la siembra seutilizó una maquina sembradora de grano fino de dos surcos con levante de tres puntos, cedida en préstamo por Nelson Farfán, productor de Campo La Tuna (Perico) y el tractor de la Comisión Municipal de Cangrejillos, institución que aporto además recursos humanos y otros insumos.
Además seinstalaron dos ensayos en campos de productores para evaluar el desarrollo fenológico, el rendimiento y adaptación a este ambiente de siete variedades de alfalfa y otras especies forrajeras. Estos ensayos servirán como unidades de prácticas agrícolas, que incluirán la aplicación de otras tecnologías como ser, enfardado y ensilado.
Sobre la experiencia, el Med. Vet. Abalos responsable del proyecto, concluye: “Por las condiciones climáticas de su territorio, su capacidad organizativa y el compromiso de sus instituciones locales, la comunidad aborigen de Cangrejillos tiene todas las condiciones para destacarse como comunidad productora y proveedora de forrajes en la Puna, mediante la incorporación de tecnologías a sus prácticas productivas tradicionales”, afirmó.
Con presencia en más de 400 puntos del país y llegada directa a más de 3 millones de personas, el INTA resuelve problemáticas de las regiones, potencia el desarrollo agroindustrial y marca el futuro en investigación. En el marco de sus 60 años, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA– trabaja en líneas tecnológicas que brindan soluciones concretas a problemáticas regionales, marcan el futuro en investigación y mejoran la calidad de vida de la sociedad. Pionero en articulación público-privada, el instituto posiciona a la Argentina en el desarrollo de innovaciones que son reconocidas por los argentinos, motorizan el sistema agroindustrial y trascienden el agro.
Creado en 1956, el INTA nació con la misión de generar innovaciones, reforzar la competitividad de las cadenas productivas, promover el desarrollo rural sustentable del país y fortalecer las condiciones de vida. Hoy se destaca por ser una de las pocas instituciones en el mundo, cuya estructura articula investigación y extensión, que observa el contexto y busca adecuarse con nuevas propuestas tecnológicas.
“La búsqueda permanente de unir la investigación con la extensión es la clave para desarrollar una ciencia y tecnología a la medida de las necesidades y problemáticas del país”, indicó Adolfo Cerioni, coordinador nacional de Vinculación Tecnológica del INTA. “Este contacto directo con el territorio ayuda a los investigadores a construir sus agendas de trabajo vinculadas con problemáticas reales”, valoró.
Esta interacción se constata en dos estudios de opinión pública que ratifican el impacto de los logros: el primero afirma que dos de cada tres productores rurales del área núcleo valora positivamente la acción del instituto, mientras que el segundo estima que uno de cada dos argentinos de centros urbanos tiene la misma apreciación.
Con presencia en las cinco regiones de la Argentina, el INTA se organiza en una estructura que comprende: una sede central, 15 centros regionales, seis centros de investigación, 52 estaciones experimentales, 22 institutos y más de 400 unidades de extensión.En la definición de cada línea de trabajo llevada adelante en estos espacios, está la mirada de más de 2.000 representantes públicos y privados –organizaciones de productores, gobiernos provinciales, entidades del sector, universidades– que funcionan como consejeros y ejercen un control social sobre la institución.
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