Prueba de manejo de la popular Jeep Renegade

ESTILO AVENTURERO

Prueba de manejo de la  popular Jeep Renegade

Prueba de manejo de la popular Jeep Renegade

 Mientras Jeep está festejando su 75  aniversario y la creación del  Willys, prácticamente el primer todoterreno, el mundo de los 4X4 se  ha movido del off-road al on-road,  es decir vehículos con estilo aventurero pero más enfocados al uso  sobre caminos que inclusive prescinden de tracción en las cuatro  ruedas.

Ante la demanda de crossovers,  SUVs o soft-roads, Jeep fue respondiendo con versiones cada  vez más civilizadas de sus modelos más emblemáticos, pero especialmente sorprendió con su intento de atacar al público urbano  cuando lanzó los Compass y Patriot, ambos modelos con más capacidades para asfalto que para el  resto de los terrenos. Ahora la  marca extiende su presencia en  este nuevo reino, o mejor dicho la  compacta en el Renegade que  probamos en esta ocasión.

Características técnicas y seguridad

Tratándose de un modelo de corte  más urbano, el Jeep Renegade deja de lado la estructura de chasis  independiente y las suspensiones  de eje sólido, y recurre a una estructura autoportante con suspensiones independientes, McPherson adelante y multibrazo atrás, lo  cual mejora el confort y comportamiento dinámico sobre caminos.

Otra cualidad urbana del Renegade es que ninguna versión ofrece  reductora y solo el 2.4L tiene tracción a las cuatro ruedas. En este  caso, se probó el Sport Plus que  viene con el motor 1.8L 16V de  origen FIAT (no nos olvidemos  que Jeep, Chrysler y Dodge son  parte de FCA junto con la casa italiana) que entrega 130 CV a 6.250  rpm y 182 Nm a 3.750 giros, como  veremos un régimen alto para este  tipo de vehículos. La fuerza va exclusivamente a las ruedas delanteras mediante una caja manual de 5  cambios.

Diseño, interior y equipamiento

La marca hizo un buen trabajo para que el Renegade sea inmediatamente reconocible como un Jeep,  recurriendo más al catálogo clásico que al moderno como en la  nueva Cherokee.

 Faros redondos, las emblemáticas  7 ranuras, guardabarros casi cuadrados, capot bien horizontal y  parabrisas bastante recto son las  claves. 

Además hay detalles que  evocan al Willys, como las luces  traseras, que se combinan con elementos modernos como el spoiler  delantero. Puertas adentro, se respira un aire moderno, sólido y sobrio. Los materiales y encastres están por encima de lo que ofrece  un compacto made in Mercosur,  hay plásticos suaves en gran parte  del tablero, varias zonas tienen  una terminación engomada. 


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