Prueba Volkswagen up! i-Motion

 Prueba Volkswagen up i-Motion

Prueba Volkswagen up! i-Motion

Cuando llegó el Volkswagen up! a mediados de 2014 fui muy escéptico. Muchos de estos pequeños modelos realizados en el Mercosur son simpáticos, pero fallan a la hora de entregar un interior, insonorización y andar de calidad. Después de manejarlo la sorpresa fue tan grata que titulé la prueba Das Kleine Wunder (La Pequeña Maravilla más conocido en argentina por las siglas DKW). Ahora llegó el turno de ver qué pasa cuando se le acopla la caja automatizada i-Motion.


MECANICA

En teoría tenemos dos posibilidades bien enfrentadas. Por un lado el Volkswagen up!, un modelo urbano que se puede infiltrar fácilmente en el tránsito es ideal para una caja automática. Por el otro, la i-Motion no es una caja automática convencional, sino una manual robotizada, es decir que actuadores se encargan de embragar/desembragar y de pasar los cambios por vos.

Podés leer más acá sobre los distintos tipos de transmisiones automáticas, pero solo te puedo decir que cada vez que manejé este tipo de transmisiones manumáticas en

distintos modelos de varias marcas, el resultado estuvo lejos de ser bueno. Y la caja i-Motion repite los mismos vicios.


COMPORTAMIENTO NEUMATICO

Comportamiento manumático

El up! es un paladín de los autos chicos made in Mercosur, es espacioso, se lo ve sólidamente construido tanto por fuera como por dentro, y es práctico para sus medidas. El pequeño 3 cilindros de 999 cc (por muy poco, pero acá no llegamos a hablar en litros) con 75 CV hace más de lo esperado para su cilindrada y solo le falta más fuerza ya que su torque se limita a 95 Nm.

Ahora, una vez que unimos todo el combo a la caja robotizada o manumática -como me gusta llamarla- la cosa cambia. Primero, a velocidades de estacionamiento hay que darle un golpecito al acelerador para que el embrague entienda que debe acoplar y entonces, el Volkswagen up! i-Motion sale disparado, lo que nos asusta ya que podemos chocarlo.

Segundo escenario, antes de pasar a 2º y a 3º (en cuarta no se siente tanto) se siente como si nos quedáramos sin potencia durante un segundo y luego vuelve el empuje, lo que roba la fluidez de marcha. Hay una técnica para evitar esto, levantar el pie derecho antes de que quiera pasar de cambio, permanecer a la espera el mismo tiempo que tardaríamos haciendo un cambio manual, y volver sobre el acelerador… pero primero hay que entender cuándo va a pasar de cambio la caja.

Tercer momento: venimos en 3º y frenamos en un limitador de velocidad o la cuneta de una bocacalle, y cuando volvemos sobre el acelerador la caja se pierde, se queda tratando de decidir qué cambio colocar, nos deja en vacío por un instante y luego, normalmente, lleva el tacómetro a 4.000. Lo mismo pasa si nos paramos sobre el acelerador de golpe, nada… nada… nada… y súbitamente rebaja y salimos.

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