TRAS DENUNCIA DEL DUEÑO A QUIEN LE HICIERON EL "CUENTO DEL TÍO"
Mientras Milagro Sala se internó en el Hospital San Roque de Gonnet -por una supuesta descompensacion- para evitar que por incumplimiento de la prisión domiciliaria retorne a una cárcel común en Jujuy, la Justicia de La Plata examinó la vivienda donde residió la dirigente en Villa Elvira y constató daños, reformas improvisadas y sectores que deberán demolerse.
La Justicia de La Plata inspeccionó ayer en horas de la mañana la vivienda de 8 y 74, en la localidad platense de Villa Elvira, donde Milagro Sala residió bajo arresto domiciliario hasta hace pocos días antes de mudarse a Gonnet. La recorrida dejó al descubierto un estado de deterioro que, según señalaron los presentes, "no esperaban encontrar".
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Los dueños, representados por los abogados Alicia Cagnani Salinas y Guillermo Herskovich del estudio jurídico Salinas Roberts Alcorta, acompañaron la inspección judicial y expresaron su sorpresa por las condiciones en que encontraron la propiedad, tanto en el interior como en sectores externos. Uno de los propietarios, arquitecto, admitió que no puede creer el estado en el que le devolvieron la casa.
Durante la recorrida se constató que el quincho fue uno de los sectores más afectados. Según describió el propietario, baldosas de terracota fueron utilizadas para preparar mezclas de obra: "No tuvieron mejor idea que usar las baldosas para preparar los pastones, o sea el mortero para construir. Hay que demoler porque no se puede sacar (el material de construcción)", explicó, dando cuenta del nivel de daño que deberán reparar.
Otro punto crítico fue la cochera. El portón fue retirado, recolocado y vuelto a intervenir en reiteradas oportunidades, en paralelo con intentos fallidos de compra de la vivienda por parte de Sala. El dueño relató que la dirigente social intentó adquirir la casa en tres oportunidades, llegando incluso a firmar boletos de reserva, pero "las operaciones fracasaron porque el dinero nunca apareció".
En ese marco, narró una secuencia que se repitió varias veces: "Quitó el portón para transformarlo en dormitorio haciendo un muro sobre línea municipal, colocando una ventana". Ante la falta de pago y con la compra nuevamente caída, le pidieron que restituyera el estado original: "Le dije: 'Como no me comprás, poné el portón donde estaba porque necesito que la casa tenga cochera'. Entonces movió la pared, quitó la ventana, la puso otra vez en su lugar y colocó el portón. Pero la noticia es que hizo esto tres veces".
Según el propietario, las idas y vueltas por la supuesta compra dejaron marcas físicas concretas en la vivienda. Hubo acuerdos de palabra, nuevas reservas que no se concretaron y, en paralelo, modificaciones edilicias impulsivas.