Las claves de la economía en 2026, un “año bisagra”, según economistas

Señalan desafíos asociados al proceso de estabilización.

Buenos Aires, 23 diciembre (NA)– La situación macroeconómica mejoró en el último tiempo, por lo que 2026 será “un año bisagra” en el que las claves del desafío pasarán por consolidar la estabilidad y generar crecimiento sostenido para la mayor parte de los sectores productivos, de acuerdo con el análisis de distintos economistas.

En el Informe Económico Mensual de IAE Business School, economistas analizaron las perspectivas para el año próximo que podría ser “un año promisorio” para la economía si se sortean y potencian algunas variables.

Lucas Pussetto, editor del Informe Económico Mensual (IEM) y profesor de Economía en IAE Business School, señaló que “diciembre encuentra a la economía en una situación macroeconómica sensiblemente mejor a la que se anticipaba al inicio del año” aunque “la recuperación fue dispar, con sectores que comenzaron a mostrar señales claras de reactivación y otros que todavía enfrentan un contexto exigente”.

“El dato relevante de 2025 es que, por primera vez en mucho tiempo, la discusión económica dejó de estar dominada exclusivamente por la urgencia y la emergencia. La estabilidad —todavía incipiente— empezó a convertirse en un activo tangible, mejorando expectativas, confianza y horizonte de planificación para empresas y hogares”, agregó.

En este contexto, dijo que “el 2026 aparece como un año bisagra” en el cual “si el proceso de estabilización logra consolidarse, el desafío será transformar esa estabilidad en crecimiento sostenido y transversal, que alcance a la mayor parte de los sectores productivos”.

Marina Dal Poggetto, profesora de Economía en IAE Business School, dijo que “2025 cierra mucho mejor de lo que parecía hace unos meses y en simultáneo mejoran las perspectivas para 2026. El resultado de la elección del 26 de octubre extendió el horizonte de la política y la economía”.

“El cambio en las bandas que entra en vigencia el 1ero de enero permite que el techo no se atrase con la inflación y darle lugar a la acumulación de reservas. Aunque a priori, luce el gobierno sigue priorizando la desinflación, mientras espera acumular reservas por la cuenta capital sin presionar sobre el tipo de cambio. Veremos cómo se da esta pulseada en las próximas semanas cuando empiece a regir el nuevo esquema”, agregó.

En tanto, Eduardo Fracchia, profesor de Economía en IAE Business School, sostuvo que “Argentina termina un año con un crecimiento estimado de 4%” y destacó: “Hace tiempo que no teníamos dos años de crecimiento seguidos y esta vez se conseguirá con un crecimiento estimado en la zona de 3% para 2026”.

“El objetivo del Gobierno es disminuir la volatilidad del tipo de cambio y por eso se inclina por el régimen de bandas y no por una flotación sucia como quieren algunos. La banda inferior por otra parte ha perdido su sentido y quizás sería deseable que se elevara”, señaló.

Dijo que “el proceso de desinflación sigue su curso” mientras que “el objetivo central del Gobierno, a la par que sigue la estabilización, es el crecimiento con empleo” dado que “el proceso de reconfiguración afecta más a los conurbanos con presencia de industria, construcción y comercio”.

“En el tercer año de gestión todas las últimas presidencias enfrentan crisis, pero en este caso pareciera que será un año promisorio para la economía”, afirmó.

Damián Falcone, profesor de Gestión del Riesgo en IAE Business School, evaluó que “Argentina ingresa al nuevo año en una ventajosa posición en relación con los principales riesgos económicos. Variables como actividad económica, inflación, tipo de cambio, balanza comercial y fiscal aportan buenas perspectivas”.

“Los desafíos asociados al proceso de estabilización parecen haberse sorteado con éxito sin afectar el apoyo popular. Sin embargo, la exposición a los precios de los commodities seguirá siendo clave en el año entrante”, señaló.

“El índice agregado de commodities caería alrededor del 7% en el 2026, continuando una tendencia bajista iniciada en 2022, según el Banco Mundial. Si bien es cierto que Argentina está en proceso de diversificación de sus exportaciones, perspectivas negativas sobre los precios futuros del petróleo, gas y litio podrían afectar las decisiones de inversión”, detalló Falcone.

En adelante, dijo que “persisten serios desafíos sobre la capacidad de acumular reservas internacionales, condición necesaria para retornar a los mercados de crédito y enfrentar cualquier turbulencia internacional o local. Durante los meses próximos se podrá evaluar el anunciado plan de acumulación de reservas que, según estimaciones privadas, aportará entre siete y diez mil millones de dólares”.

Por otra parte, consideró que existe un debate abierto sobre el impacto de la apertura comercial sobre la producción industrial y el nivel de empleo. “En la convertibilidad el desempleo demoró algunos meses en subir, pero llegó a trepar hasta el 17%. En la actualidad, el mismo ha subido levemente de 5,7% al 6,6%”, analizó.

“Consolidar un sendero de crecimiento del salario real será un desafío para el próximo año. Con un nivel de inflación con mayor resistencia a la baja, la población irá olvidando el abismo económico de 2023 y demandará un mayor poder de compra”, concluyó.

FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS

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