La historia secreta de Russo en la final Intercontinental de 2007

Fue la última gran competencia internacional en la que estuvo Russo como entrenador de Boca.

Por Jorge González.

El 16 de diciembre de 2007, entrada la madrugada, el lobby del hotel Sheraton Bay de Yokohama, había quedado vacío de hinchas de Boca y allegados al plantel, apesadumbrados por la derrota ante el Milan, en la final intercontinental disputada en el estadio Internacional. De pronto, apareció Miguel Angel Russo, cabizbajo, triste, pero entero, se sentó en un mullido sillón, y no dijo ni una palabra, solo con sus pensamientos, estuvo un rato pensando, hasta que me acerqué y le dí un abrazo. Me respondió con una leve sonrisa. "Estoy triste", me dijo y agregó: "dimos todo, no se pudo, ellos tienen un gran equipo". Boca, había perdido la final Intercontinental 4 a 2 . Todo era desazón . "El viaje de regreso será durísimo", balbuceó. Miguel Angel Russo, aquel entrenador que fue campeón de la Copa Libertadores de América , con una brillante actuación de Juan Román Riquelme, y los goles de Martín Palermo, estaba triste porque sabía que había concluído su etapa en el club.

Cuando el plantel llegó a Buenos Aires, Russo y su cuerpo técnico dejaron Boca. Luego "Miguelito" como le decían los hinchas, o "Miguelo", como lo llamaban los periodistas, buscó otros rumbos. Había dejado en Boca aquella famosa frase de "son decisiones", cada vez que un cronista lo consultaba sobre los cambios en el equipo. Se fue Russo a su querido Rosario Central, lo puso en primera división en la temporada 2012/2013 y partió como ganador hacia Millonarios de Colombina, donde ganó el Torneo Finalización y la Superliga de Colombia, en 2017 y 2018, y allí se le detectaron los primeros síntomas de esa cruel enfermedad.

Cargó su cruz, pero vivió su pasión a mil. En 2020 volvió a Boca, pero no pudo lograr la tan ansiada séptima Copa Libertadores pero si logró dos torneos, el Campeonato de Primera División y la Liga Profesional.

Retornó después a Rosario Central, donde ganó la Copa de la Liga Profesional, y luego pasó a San Lorenzo de Almagro, logrando una excelente campaña que lo depositó nuevamente en Boca. Miguel seguía cargando su cruz. "El fútbol me da vida", le dijo a Riquelme cuando lo contrató para dirigir otra vez a Boca. Al presidente de Boca se le fue un amigo, a quien esto escribe, también.

FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS

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