Juan Pablo Paz repasó su carrera, criticó el circuito ITF, valoró la Davis y lanzó una red solidaria para ayudar a tenistas de todo el mundo.
El tenista argentino Juan Pablo Paz (615°) repasó su carrera, desde los torneos juveniles en su país hasta su trayectoria como profesional, y afirmó que, debajo del top 100 del ranking ATP, la actividad profesional “es muy difícil de mantener y sostener”.
En declaraciones a la Agencia Noticias Argentinas, Paz comentó que representar a la Selección argentina en dos Copas Davis, un mundial y tres sudamericanos juveniles le dejó “los mejores recuerdos”, valoró la oportunidad de jugar torneos Interclubes en distintos países y opinó que, en los torneos organizados por la ITF, hay “cosas que se están haciendo mal”, las cuales no cree que puedan cambiar en un futuro cercano.
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Además, el jugador de 30 años conformó en el último mes una comunidad llamada “Sociedad del Tenis”, con el objetivo de ayudar y colaborar con otros representantes del deporte o simples aficionados. La misma ya cuenta con más de 1.200 seguidores en Instagram y casi 300 integrantes en un grupo de WhatsApp, y sueña con que se convierta en una “red mundial del tenis”.
El siguiente es el detalle de la entrevista con NA: Noticias Argentinas: ¿Cómo fue tu primer acercamiento con el tenis y a qué edad? Juan Pablo Paz: Mi papá es profesor de tenis, así que mi primer acercamiento fue prácticamente desde que nací. Cuando era muy chico lo acompañaba a las clases y, aunque no entrenaba, lo ayudaba a juntar las pelotas. A los cinco años empecé con él en la escuelita. Arrancó como un hobby y terminó siendo lo que es hoy.
NA: Tuviste un gran paso en el ranking juvenil argentino, ¿cómo fue esta parte de tu vida? JP: Fue una etapa muy linda y difícil. Fue bastante espontánea porque nunca hubo un plan: siempre fui a jugar porque me gustaba, nunca salí a buscar convertirme en el mejor del país o ser profesional. Como mi papá era profesor, cuando vio que más o menos podía tirar la pelota para el otro lado me propuso jugar un torneo. Jugué el primero cerca de casa y llegué a las semifinales. Con esos torneos me convertí en el número 1 de Argentina y con mi familia siempre lo tomamos como un juego, pensando en jugar el próximo torneo para defender la primera posición. Eso me llevó a conocer la existencia de los sudamericanos y las giras mundiales. El ranking me fue llevando a viajar por todo el mundo, hasta un punto en el que estaba jugando muy bien y era uno de los mejores de mi categoría, por lo que me di cuenta de que realmente tenía chances de ser profesional.
NA: ¿Qué tan importante es la poca presión por parte de tus padres para haber terminado siendo profesional con tantos años de carrera? JP: Para mí es muy difícil de ver y comprender. En el tenis está muy mal visto que los padres entrenen a sus hijos. De chico siempre me decían que mi papá me ponía presión, solo por el hecho de serlo, cuando era el que menos presión me ponía. No entiendo cómo hay padres que pueden exigir tanto a sus hijos desde chicos. Sigo jugando porque me encanta el deporte y la competencia, si me lo hubieran dado como obligación quizás no lo amaría y lo habría dejado hace muchos años.
NA: Entrando al circuito mundial, pasaste muy poco tiempo en los Juniors. ¿Por qué fue esto? ¿Sentís que te hubiera ayudado jugar más torneos en esta categoría? JP: En mí época, jugar Juniors era prácticamente inútil, sólo les convenia a los sponsors. No había un camino claro como ahora, en el que te conviene jugar Juniors porque si estás en el top 100 podés jugar los Futures desde el cuadro principal. En mi época podías ser el mejor Junior del mundo, pero en los Futures arrancabas en la pre-qualy igualmente. Más allá de jugar los Grand Slams, no era algo que me motivara porque sabía que para jugar Juniors había que tener dinero, y mi familia nunca tuvo. Aparte en ese momento la Asociación Argentina de Tenis no apoyaba en los torneos Sub 18, entonces lo evaluamos con mi familia y decidimos jugar profesionalmente, que era lo que realmente importaba.
NA: Representaste a la Selección argentina en dos Copas Davis juveniles, además de mundiales y sudamericanos. ¿Cómo valoras estas experiencias? JP: Para mí, representar a Argentina fue lo mejor, lo que más me motivaba y con lo que siempre soñé de chico. Siempre fueron los momentos más lindos, jugar con la remera de Argentina era una cosa impresionante. Aparte al ser Junior no sentía presión, que quizás de grande se siente más, era motivación pura. Estaba todo muy tranquilo y lo disfruté mucho.
NA: ¿Te costó adaptarte en tu llegada tan joven al circuito profesional? JP: Creo que es la etapa que más les cuesta a todos. Es un cambio de realidad y juego muy rotundo, parece volver a arrancar de cero. Siendo Junior, y con un buen ranking, la mayoría tiene contratos de ropa, raquetas y otras cosas, es todo lujo. Los torneos son galácticos, en lugares buenísimos, con pelotas nuevas y buenas condiciones. Cuando vas a jugar los Futures en el medio de la nada, ya no está más el glamour y el lujo. Dejás de jugar por jugar, porque te codeas con gente que depende de ganar el próximo partido para seguir comiendo. Es un cambio muy duro.
NA: En 2014 ganaste dos Futures en el país, pero tus seis títulos siguientes fueron siempre en el extranjero. ¿Te moviliza volver a ser campeón ante tu público, o el tema logístico y económico pesa más? JP: Obviamente me gustaría ganar un torneo en Argentina, sin duda. En el momento que tuve que venir a vivir a Europa fue por necesidad, no vine porque quería: casi no había más torneos en Sudamérica y no me alcanzaba la economía para ir a jugar a Europa y volver. Hubo momentos en los que jugar en Argentina me costaba bastante, sentía una presión extra, pero ahora lo disfruto mucho más.
NA: ¿Hay alguno de tus ocho títulos que te haya quedado en el recuerdo y consideres el mejor? JP: Creo que el primero debe haber sido el más especial, imagino que es igual para todos. Aparte esa semana estaba durísima. Le gané a Andrés Molteni, que estaba 256° del mundo, y en la final a mi amigo Pedro Cachín. Fue una semana muy especial.
NA: La semana pasada se hizo viral una declaración de Camilo Ugo Carabelli, sobre la poca importancia que le da al dobles. Actualmente tenés mejor posición en el ranking de dobles que en singles, ¿Cómo ponés en la balanza tu carrera individual con la doblista? JP: Prácticamente igual que Camilo, ja. Honestamente no me gusta jugar dobles, aprendí y lo juego por una cuestión puramente económica, porque si te va mal en la semana tenés la chance de cubrir los gastos con un buen torneo en el dobles. Creo que me retiraría del deporte antes que dedicarme solamente al dobles, sin menospreciar a los doblistas. Además, siento que me va bien cuando juego con gente amiga, las pocas veces que jugué con gente que no conocía no la pasé para nada bien.
NA: ¿Sos obsesivo con revisar tu posición en el ranking? JP: Para nada, eso lo perdí hace ya mucho tiempo.
NA: En 2019 tuviste tu peor posición en el ranking ATP, en el puesto 947°, pero dos meses después volviste a ser campeón y mejoraste esa posición. ¿Cómo se mantiene la estabilidad en los momentos bajos? JP: Es difícil. En 2018 me fracturé una vértebra en la espalda y no pude jugar por muchos meses. Por apurado jugué una semana antes de poder pedir el ranking protegido. Como ya no podía guardar mi ranking, y no volví bien de la lesión, perdí casi todos los puntos. Luego hice una buena pretemporada en enero y arranqué muy bien el 2020, gané un torneo y volví al puesto 600, pero tuvimos la mala suerte del Covid-19. Hubo que parar y pasé una etapa bastante dura de mi vida, empezando a luchar con el dinero porque siempre estuve al límite.
NA: ¿Cómo es el tema económico en las posiciones menos privilegiadas del ranking? JP: Es durísimo, muy difícil de mantener y sostener, creo que sólo es viable para los que amamos tanto el tenis. Para seguir jugando dejé muchas cosas de lado, no tengo entrenador ni preparador físico. Hacer todo por mi cuenta es difícil, pero no hay otra manera. Con suerte puedo mantenerme a mí mismo jugando al tenis, pagarle a un entrenador o preparador físico sería imposible.
NA: ¿Qué tan importante es jugar Interclubes para vos? ¿En qué países jugás? JP: Es vital. Sin Interclubes habría dejado de jugar al tenis hace muchos años, son la bocanada más grande que tenemos los que estamos afuera del top 100. Para algunos más o menos, pero casi todo el mundo está obligado a jugar Interclubes, no te queda otra. Este año voy a jugar en Italia, Suiza y España, y hay chances de que juegue en Austria.
NA: Como habitual representante del Darling, ¿Qué significa para vos que los mejores tenistas argentinos del mundo se junten una semana a jugar Interclubes en el país, al final de la temporada? JP: Lo que se está haciendo en Argentina con los Interclubes está buenísimo y es un gran paso adelante. Todos los años se está mejorando mucho y creo que es clave. Los Interclubes europeos realmente te cambian la economía, y hace algunos años en Argentina se están haciendo competitivos, empezando a pagarle a los jugadores. Es algo muy lindo, en mi caso especial con el Darling, es como si fuera mi casa, conozco a todos los socios. Cada vez que se juega un partido ahí para mí es super especial, y si ayuda económicamente mejor. En nuestro caso, vinieron a jugar al club los hermanos Francisco y Juan Manuel Cerúndolo. Le dieron la chance a la gente del club de ver a dos miembros del top 100, que no es algo normal.
NA: Haciendo mención de grandes jugadores, tuviste la chance de jugar contra dos tenistas que llegaron al top 10, Diego Schwartzman y Lorenzo Musetti, y otro gran representante argentino como Sebastián Báez. ¿Se aprende algo enfrentando a este tipo de rivales? JP: No sé si notaba algo distinto, además de decir que jugaban bien al tenis. Musetti era casi obvio que iba a jugar bien, igual que Báez. Si pensé “que locura lo de este flaco” cuando vi a Félix Auger-Aliassime, lo mismo con Carlos Alcaraz. Con el “Peque” Schwartzman aprendí más porque él era más grande que yo, y mantengo una buena relación. De él siempre me llamó la atención la inteligencia, lo bien que entendía los partidos y como los leía tácticamente en dos segundos.
NA: Hace unos años fuiste elegido para ser parte del panel de jugadores de la ITF, ¿Cómo fue tu experiencia ahí? JP: Estuve en el panel cuatro años. Creo que fue una experiencia linda y a la vez no tanto. Aprendí mucho de cómo funciona el tenis, descubrí la cantidad de cosas que se pueden mejorar, pero la parte no tan linda es que me di cuenta que, por cómo están hechas las cosas hoy, no veo que se puedan cambiar. En los últimos años me frustraba saber que las cosas no iban a cambiar.
NA: En marzo tuvo repercusión un posteo tuyo en X sobre la falta de fisioterapeutas en el Future de Antalya, en Turquía. ¿Esto sigue sin cambiar? JP: No volví a ir a ese lugar, pero no creo que haya cambiado. Esto venía pasando hace varios años y yo ya me había quejado internamente ante la ITF, junto a muchos jugadores. Que nada cambie me llevó a explotar en las redes sociales, ahora que tengo un canal en YouTube (@juanp_paz) aproveché que me da un poco más de visibilidad. En el mundo de la ITF es algo que pasa y es muy difícil de cambiar. Si bien la ATP tiene muchas cosas por mejorar, es la que mejor está haciendo las cosas en estos últimos años.
NA: ¿Cómo nace tu canal de YouTube? ¿Qué querías mostrar? JP: Siempre había pensado que al tenis le hacía falta una serie de televisión que mostrara las historias de los jugadores, porque la gente conoce a muy pocos tenistas y no se valora el sacrificio que hacen y las historias que tienen para contar. Cuando salió la serie Break Point en Netflix me puse contento, pero me volví a enojar mucho cuando me enteré que iba a ser sobre jugadores como Matteo Berrettini y Stefanos Tsisipas, que ya todo el mundo conoce y viven una realidad muy exclusiva, entonces pensé que tenía que hacer algo para tratar de aportar, y me animé a hacerlo. De a poco fue creciendo y mejorando. La idea es mostrar cómo es la realidad de un tenista, los sacrificios y la manera de vivir. Creo que puede ayudar a los más chicos, para mostrarles cómo es la primera etapa del deporte, que después puede mejorar un poquito con los Challengers, pero económicamente no mejora mucho hasta llegar a la ATP.
NA: Tu último proyecto es la Sociedad del Tenis, ¿Cómo surge y con qué objetivo? JP: La idea fue mía. Una vez se la conté a Mariano Navone y me dijo que ya se la había dicho hace cinco años, pero me la había olvidado completamente. La idea de la Sociedad del Tenis es crear una comunidad para ayudar en cosas que tiene el deporte, contarle a la gente cómo es la vida del tenista y tener el mayor alcance posible. Arranca por algo simple y básico como crear la comunidad y tratar de ayudar a la gente en lo mínimo, como lo es contestar cuando te hacen preguntas sobre el tema que sea. Sólo no lo iba a poder hacer, así que me contacté con otros jugadores y amigos como Ignacio Orgaz, Lola de León y Ezequiel Fagotti. Ellos también se dedican a las redes, que era una de mis prioridades al principio.
NA: ¿Cómo imaginás el futuro de la SDT? ¿Cómo ayudaría a sus integrantes? JP: Creo que, en el futuro, va a causar un impacto muy grande en el mundo del tenis. Es lo que realmente creo y espero. Hay muchos proyectos a desarrollar dentro de la SDT y creo que con los embajadores y la gente que ya se sumó se va a crear algo bueno. Hoy somos jugadores, pero en un futuro pensamos en meter entrenadores, preparadores físicos, psicólogos y periodistas. Además, organizar eventos y torneos, ayudar a los chicos a encontrar Interclubes, universidades y lugares para entrenar en cualquier parte del mundo.
Con un claro tono de satisfacción, y mucho orgullo por cómo se está desarrollando el proyecto, Paz afirmó que la idea de la SDT es crear una red mundial de tenis, que todos los que estén se vean beneficiados y sentenció que busca “crecer sin pensar en las ventajas económicas, sino hacerlo sólo por amor al tenis”.
FUENTE:AGENCIA NOTICIAS ARGENTINAS