Obligada suspensión del programa de turismo interno en la provincia

 De acuerdo a lo dispuesto por el Comité Operativo de Emergencia (COE), que establece el retorno a la Fase 1 del aislamiento social preventivo obligatorio (cese completo de actividades) para la región del Gran Jujuy (S.S. de Jujuy, Yala, Palpalá), desde el Ministerio de Cultura y Turismo suspendió el desarrollo del programa turístico “Jujuy para los jujeños”. Así lo dio a conocer el titular del organismo provincial, Federico Posadas, durante el último informe emitido por COE, puntualizando que la única actividad permitida en este rubro, es la gastronómica y para los pobladores locales. “En consonancia con la disposición del COE por los casos de Covid que se han presentado, el programa Jujuy para los jujeños queda suspendido hasta nuevo aviso en toda la provincia”, puntualizó Posadas, quien a la vez destacó los buenos resultados logrados en los últimos fines de semana con la apertura al turismo interno. Sostuvo que la medida responde además a que “todo el sistema turístico, la actividad propiamente dicha, es de un flujo y un tránsito permanente de personas, y como la región del Gran Jujuy cuenta con la mayor cantidad de pobladores, su ir y venir resultaría cuanto menos, contraproducente”. El funcionario indicó también, que “si bien el programa está suspendido en toda la provincia, se decidió permitir la actividad gastronómica para los pobladores locales solamente, y en los pueblos y ciudades que mantienen su flexibilidad”. Posadas señaló también, que “en el tiempo que lleva desarrollándose el programa “Jujuy para los jujeños”, se lograron buenos resultados, un poco por arriba a las expectativas y reflejaba un buen arranque, pero ahora se suspende solamente por siente días, priorizando la salud y hasta ver cómo evoluciona todo en la zona del Gran Jujuy”, concluyó. El programa ‘Jujuy para los Jujeños‘ fue producto del enlace y trabajo conjunto de los sectores público y privado, y se desarrolló atendiendo a requerimientos de bioseguridad estrictos. Era la oportunidad para que hoteleros y gastronómicos

puedan reabrir, pagar sus sueldos al 100%, salvar los costos y mover una actividad que estaba yendo a pérdida y que dependía únicamente de los subsidios nacionales y provinciales. Pero además servía para motorizar pequeñas economías populares en donde estaban involucrados miembros

de comunidades originarias en las cuatro zonas de la provincia: Puna, Quebrada, Valles y Yungas, lo cual fue destacado por sus jefes comunales.