ULTIMO MOMENTO:
“Muchos peregrinos no asumen la situación que estamos viviendo, pero a esto lo pongo en las manos de Dios y es un proceso que estamos afrontando en este tiempo de cuarentena”, manifestó el cura párroco de la localidad de Tumbaya, Abraham Pereira. Como estaba fijado en el programa de honras a la Virgen de Copacabana de Punta Corral, el viernes pasado se inicio el rezo de la Novena en honor a la Virgen, pero en cada una de las casas de los pobladores de aquella localidad quebradeña. Por ejemplo en Tumbaya la Novena se reza en la casa de la familia
Méndez al igual que en Punta Corral, donde está el resto de la familia de la esclava de la patrona, doña Epifania Montoya de Méndez, y en San Salvador de Jujuy los fieles también acompañan en el rezo desde sus hogares. “El rezo es únicamente familiar evitando que de esa manera la
gente salga de sus casas, no vaya a ser cosa que yo lleve el virus y contagie a todos, entonces debemos tener mucha precaución”, solicitó el párroco. Doña Epifania (y sus hijos) quedó al frente de la custodia de la sagrada imagen (después del fallecimiento de don Román Méndez en el 2018), que se venera año tras año en el Domingo de Ramos y durante todo el mes que en que la imagen permanece en el templo pueblo hasta que es llevada nuevamente hacia su santuario. Tal cual se había difundido semanas atrás, el programa como establecido se está desarrollando y en consonancia con la Novena diocesana en San Salvador de Jujuy referida a la Virgen María. Para el sacerdote es una situación difícil la que estamos atravesando, “la preocupación en todos los aspectos está, pero tengo el acompañamiento de la gente y del Consejo parroquial,
que es un grupo de personas de distintas comunidades que acompañan esta decisión del Gobierno y de la Diócesis de Jujuy”. Como párroco “debo alentar a la concientización de esta situación” y para ello, se ocupa de enviar reflexione a través de audios de WhatsApp, las bendiciones del Papa y otros mensajes que recibe del Obispo Daniel Fernández. Desde la Iglesia “instamos a la oración en familia, y dentro de ella la bendición de la mesa es fundamental, el Rosario y los viernes el Vía crucis en familia, que hemos denominado el Vía crucis en tiempo de Coronavirus”. A la consulta que una vez superada la situación de la pandemia se peregrine a Punta Coral, respondió que “no hay ninguna posibilidad por ahora, la familia en un comunicado anunció la suspensión este año de la bajada de la imagen y el cierre del oratorio en Punta Corral durante 60 días”.
La iglesia de Tumbaya hace dos semanas que permanece cerrada, “imagínate si la abrimos, los fieles y devotos se congregaran en ella y será un serio inconveniente, permanentemente me consultan al respecto, me doy cuenta que está esperando a letra A y se irán todos para allá”. En estos
días el párroco tumbayeño, también de Volcán, Purmamarca y de otras tantas comunidades de la zona, permanece en Palpalá junto a su familia, pero en permanente comunicación con las comunidades. Si el interés de los fieles demuestra que están esperanzados en la Virgen o en las medidas del Gobierno para superar esta situación, consideró que por ello “instamos al Rosario, si hay fe en la Mamita del cerro, recemos en familia. Este año la Virgen quiere que fortalezcamos nuestros cimientos en la familia y en la casa; es un tiempo como los 40 días en el desierto de Jesús que también son muy significativos en esta cuarentena para todos nosotros”, prosiguió el religioso. Este tiempo “es también para reflexionar a fondo qué es lo que estamos haciendo bien y mal, es un momento como decía el Papa para volver a las fuentes, al manantial que son las raíces de nuestras familias. En ella hemos recibido la fe, aprendimos a rezar el Padre nuestro, el Ave María, y aprendimos esta linda devoción que en el norte de Jujuy se manifiesta con tanta amplitud hacia la Virgen de Copacabana de Punta Corral o como podría ser la Virgen del Rosario y Paypaya yendo el santuario de Río Blanco”. Por último, señaló que éste tiempo “es para fortalecernos, alejar los malos pensamientos, este mal que nos acecha a nivel mundial, es un tiempo de prueba, pero no para el temor y el miedo, sino para fortalecernos en la unidad, en la paz y la justicia. Y para
cuidarnos, que en definitiva es lo que cuenta hoy, cuidarnos unos a otros”.
