En ese aspecto coincidieron los economistas Arnaldo Bocco, Marco Lavagna, Luis Palma Cané, Ramiro Castiñeira y el ex viceministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo.
El Gobierno nacional emitió el lunes un bono por 2.750 millones de dólares a 100 años de plazo con una tasa de interés de 7,125 anual, que implica un rendimiento de 7,9 por ciento.
Esta operación se enmarca en el objetivo del Gobierno Nacional de asegurar el financiamiento en las mejores condiciones posibles para el crecimiento de la economía y la generación de empleo, fundamentó la cartera de Finanzas que comanda Luis Caputo.
Para Bocco, es una posición exótica, se denomina bono a perpetuidad que el gobierno salió a demostrar que el país estaba en condiciones de salir a los mercados, pero lo hace a una tasa de interés extraordinariamente alta.
Están acostumbrados a encarar el desajuste fiscal encontrando el acuerdo con acreedores externos. El Gobierno llegó con 243 mil millones de dólares de deuda y hoy estamos arriba de 300 mil millones. Hemos aumentado la deuda en 60 mil millones de dólares en 18 meses y va camino a ser más alta en los meses que vienen, advirtió Bocco en diálogo con radio Cooperativa. Por su parte, Lavagna, economista y diputado del Frente Renovador, evaluó que en sí que el bono sea largo no es necesariamente malo; el problema que vemos nosotros en esta colocación es el costo.
Una tasa de casi 8 por ciento a 100 años que significa que muchas generaciones van a pagar este costo tan elevado, es el error de la medida, juzgó Lavagna quien opinó que pagar ahora ese rendimiento implica que el gobierno no confía en su propia política económica.
Es un claro indicativo de que no confía que va a lograr que baje el costo de capital, sino no tiene lógica emitir un bono de estas características ahora, analizó en Radio El Mundo.
En igual sintonía, Castiñeira, de Econométrica, consideró en Radio Nacional que un rendimiento de casi 8 por ciento es elevado dado el contexto y comparó que un bono de Estados Unidos, por ejemplo los de 30 años, tiene una tasa de interés del 3 por ciento.
Argentina si hace bien las cosas va a bajar el riesgo país, en esta operación está casi en torno a 500 puntos. Si Argentina logra acomodar las cuentas públicas baja el riesgo país y esta misma deuda la podría refinanciar a tasas más baratas, planteó.
Según el análisis de Palma Cané, es una medida desde el punto de vista estrictamente financiero que es muy positiva porque da alivio de caja.