Esa mesa chica decidió el jueves último, con más de un mes de anticipación, que un triunvirato de transición integrado por aquellos tres dirigentes conduzca los destinos de la CGT única.
De inmediato surgieron las críticas desde el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) del taxista Jorge Viviani -que impulsa como candidato a la secretaría general al ferroviario Sergio Sasia- y desde la Corriente Federal y el Núcleo del Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), que ratificó esta semana al bancario Sergio Palazzo como prenda de unidad del conjunto.
Las negociaciones y el diálogo intersectorial continúan y no son pocos quienes afirman que los referentes de las CGT Azopardo, Alsina y Azul y Blanca juegan verdaderamente con fuego, mientras otros exponentes rechazan una metodología tradicional y pasada de moda y algunos se oponen a la constitución de un triunvirato.