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OPINION Por Gustavo Lores *
El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) se reunió el pasado martes 29 de junio en un Plenario extraordinario. Los Rectores presentaron el documento "Desafíos de las universidades públicas en la etapa de la post pandemia", elaborado por la Comisión de Planeamiento bajo la consigna de generar un plan estratégico que "permita analizar la transición de un retorno paulatino a la presencialidad". En ese sentido, el documento concluye: "Las universidades no vamos a volver a funcionar de la misma manera que antes. Necesitamos adecuarnos a la nueva normalidad y atender las necesidades más urgentes de las comunidades en las cuales estamos insertas."
Del informe surge que es oportuna y necesaria la reflexión y la sistematización de la experiencia, identificando fortalezas y debilidades de la enseñanza en esa modalidad. Nuestro sistema universitario debe tener un diagnóstico de las competencias y los saberes de los docentes, estudiantes y no docentes, en todos los escenarios. Este análisis incluiría múltiples aspectos, entre otros: a) efectuar una evaluación del período de enseñanza remota de emergencia; b) realizar una evaluación de la calidad de los resultados de los aprendizajes en esta modalidad; c) impulsar la capacitación del personal Docente y No Docente; d) focalizar los procedimientos y procesos en las actividades estratégicas para el desarrollo del sistema universitario en la modalidad híbrida presencial virtual; e) formular un plan de apoyo a la conectividad y la infraestructura para la modalidad híbrida; f) profundizar los desarrollos de sistemas de gestión virtual; g) incorporar las habilidades blandas o competencias sociales y actitudinales en la formación de profesionales; g) elaborar un Plan Estratégico de la modalidad híbrida involucrando ala Secretaría de Políticas Universitarias y la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitarias.
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La UNJu ya cuenta con los datos esenciales para evaluar el impacto que produjo el primer ciclo lectivo 2020 de"enseñanza remota de emergencia". En el marco de la completa suspensión -imprevista- de las actividades presenciales en todo el país, que persistió durante la mayor parte del período, a la UNJu se le sumó otra situación sin precedentes, la disolución de los Consejos Académicos de las Facultades y del Consejo Superior debido al vencimientos de los mandatos de sus miembros y la imposibilidad llevar adelante elecciones para renovarlos debido al aislamiento obligatorio estricto.
Es asi que, en cada caso, los Decanos fuimos los responsables de tomar las decisiones en cada Unidad Académica. Desde el Rectorado se sugirió, en acuerdo con el gremio Docente, no iniciar con modalidad virtual el ciclo lectivo 2020 y suspender el dictado de asignaturas hasta el retorno a la presencialidad. Tres de los cuatro Decanos adoptaron ese camino, independientemente de que los Docentes de las cuatro Facultades, en su gran mayoría, siguieron cumpliendo sus tareas en contacto con los Alumnos. Los Estudiantes también mostraron interés de no desvincularse de profesores y compañeros de estudio y avanzar en el cursado de materias, ante la posibilidad cierta de que el período de aislamiento se prolongara en el tiempo. En la Facultad de Ingeniería tomé la decisión de iniciar el calendario académico sin cambios, pasando de la modalidad presencial a la virtual el 16 de marzo de 2020, siguiendo estrictamente las directivas del Ministerio de Educación de Nación, emitidas el 14 de marzo de 2020. La decisión fue comunicada de inmediato al Cuerpo Académico y Estudiantes.
La reacción de las Facultades de Ciencias Agrarias y de Humanidades y Ciencias Sociales recién llegó en junio de 2020, reprogramando el ciclo académico. En el caso de la Facultad de Ciencias Económicas, aún sigue sin ser evaluada la tarea virtual de los docentes y alumnos, dejando en suspenso la aprobación de materias. Resultaba obvio que la pandemia iba a tener consecuencias negativas sobre los aprendizajes de los estudiantes universitarios, independientemente de las medidas de contingencia que se tomaren. La Facultad de Ciencias Económicas, debido a la estrategia empleada, perdió el 52% de sus alumnos regulares entre 2019 y 2020, o sea, la mitad. Más de 500 Alumnos de los 1000 que registraba en marzo de 2020 no pudieron sostener su avance en las carreras debido a la disposición de las autoridades de la Facultad de no reconocer las actividades virtuales y dejarlas sujetas a instancias posteriores. Los restantes resultados se corresponden con la capacidad y la autonomía para tomar decisiones en escenarios complejos. Las dos Facultades que reaccionaron tres meses después del inicio de la crisis perdieron, respectivamente, el 34% (Humanidades y Ciencias Sociales)y el 31% (Ciencias Agrarias) de sus Alumnos regulares.
En la Facultad de Ingeniería, donde se tomaron las decisiones adecuadas en el momento oportuno, el impacto negativo alcanzó sólo al 14% de sus estudiantes. Al comparar la realidad con el relato vacío de la inclusión en la Universidad Pública, la Comunidad Académica y la Sociedad pueden sacar sus propias conclusiones.
(*) Decano de la Facultad de Ingeniería - UNJu
