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Leer, hacer crucigramas y otros juegos como el sudoku, aprender o practicar otros idiomas: estas suelen ser algunas de las recomendaciones que se dan a las personas mayores para promover una buena reserva cognitiva que no solo mantenga aceitada la mente, sino que funcione como obstáculo (en el sentido positivo) ante el avance de los síntomas cognitivos asociados a las distintas demencias asociadas a las edades avanzadas.
Un capítulo aparte, muy poco explorado a la fecha, lo conforman los videojuegos y, en especial, aquellos que implican poner el cuerpo en movimiento mientras se juega y que integran los llamados "exergames".
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El tema recobra vigencia a partir de un nuevo estudio realizado por investigadores europeos que muestra que la práctica regular del exergaming podría mejorar los síntomas de la demencia en personas que ya han desarrollado esta condición.
"Por primera vez, existe la esperanza de que a través del juego dirigido podamos no solo retrasar sino también debilitar los síntomas de la demencia", declaró el doctor Eling D. de Bruin, investigador de la Escuela Federal Politécnica (ETH) de Zurich, Suiza, y autor principal del estudio publicado en la revista Alzheimer's Research & Therapy.
Bruin junto con colegas belgas basaron su trabajo en el uso de un exergame desarrollado por Dividat, una empresa derivada de ETH.
El juego Dividat Senso permite tener una idea más ajustada de qué son los exergames. Se trata de una máquina de ejercicios que cuenta con una pantalla y una plataforma de suelo con cuatro campos iluminados sensibles a la presión, cuyos sensores detectan pasos en cuatro direcciones: izquierda, derecha, arriba y abajo.
A medida que los participantes ven aparecer patrones en la pantalla, intentan duplicar esa secuencia en la plataforma con sus pies. No difiere mucho de los tradicionales videogames en los que chicos y adolescentes deben ser los pasos de baile indicados en las pantallas.
Mejoras significativas
En un estudio previo, realizado en 2015, los investigadores de ETH Zurich habían observado que las personas mayores que participaron en un entrenamiento que incluía ejercicios físicos y cognitivos demostraron una mejora en el rendimiento cognitivo y la función ejecutiva.
Sin embargo, ese trabajo solo había involucrado a individuos sanos. Para el nuevo estudio reclutaron a unos 45 voluntarios con síntomas de demencia grave, con un promedio de 85 años de edad.
Parte de los voluntarios realizaron sesiones de ejercicio con la máquina Dividat Senso durante 15 minutos, tres veces a la semana, durante 8 semanas, mientras que el otro grupo vio videos musicales. Los resultados fueron elocuentes: quienes participaron de sesiones de exergame mejoraron la velocidad de la marcha, la función cognitiva, la movilidad, el equilibrio, el tiempo de reacción al paso e incluso se observaron mejoras en los síntomas de depresión (comunes en las demencias). Para los investigadores, el tiempo de reacción y la función de las piernas mejorados incluso ayudarían a prevenir el riesgo de caídas.
Por el contrario, en el grupo que no recibió sesiones de exogaming, la capacidad cognitiva y el tiempo de reacción continuaron disminuyendo al paso esperable en estas demencias.
La importancia de encontrar medidas no farmacológicas para combatir los síntomas de la demencia está dada en parte por lo extendido de la problemática.
"La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la demencia afecta a nivel mundial a 50 millones de personas y cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos", cuenta la licenciada María Josefina Gonzalez Aguilar, docente de la carrera de Psicología de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.
"Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050. Dentro del contexto de envejecimiento poblacional que está viviendo nuestro planeta, la prevalencia de demencia por enfermedad de Alzheimer ha alcanzado una cifra sin precedentes", agregó González Aguilar..
