Tras 122 años de actividad, cerró sus puertas el Mercado de Hacienda de Liniers

Si hay algo que caracterizó al mercado de Liniers desde su inicio en 1901 fue la familiaridad entre su gente, con generaciones de trabajadores, compradores y consignatarios pisando sus corrales.

El día de operatoria fue "normal", pese a la fecha especial, de acuerdo a Jorge Longobuco, gerente de operaciones del Mercado.

"Se han hecho varias pruebas en Cañuelas y funciona todo perfecto. Es mucho más accesible para los trabajadores, más moderno y más sustentable", explicó el directivo, cuyo abuelo ya trabajaba en el Mercado y llevaba tropas de 100 animales por arredo a través del Puente La Noria, en los ya lejanos años treinta.

De acuerdo con las autoridades, uno de los principales beneficios del nuevo mercado será la reducción en los costos logísticos y de transporte, al evitar el ingreso de los camiones a la Ciudad de Buenos Aires, que hasta el día de hoy, entraban al mercado y luego se volvían a ir con el ganado entregado a los matarifes, frigoríficos y supermercados; una operatoria que, ciertamente, resultaba poco práctica.

Mercedes, San Vicente, Luján: fueron varios los destinos propuestos para la mudanza, la cual se viene discutiendo desde los años sesenta.

En el 2001 llegó la Ley 622 por parte de la Legislatura Porteña, la cual prohibió el ingreso de ganado vacuno en pie con la excepción de aquellos destinados a exposiciones o actividades especiales.

Sin embargo, recién en 2018 se escogió y compró el terreno en Cañuelas ubicado en la Ruta Provincial 6 donde, con demoras por las restricciones por el coronavirus, comenzó la construcción del nuevo establecimiento en 2020, contando con una inversión de US$ 20 millones.

El MAG posee una superficie de 110 hectáreas (frente a las 32 actuales en Liniers), corrales techados y una capacidad para 12.000 cabezas de ganado vacuno diarias.

Como novedad, los proveedores de servicios tendrán un espacio dentro del nuevo complejo, además de construirse un hotel de cadena internacional de 120 habitaciones, centro de convenciones, viviendas con prioridad para los empleados del Mercado, estación de servicio, y un centro comercial y gastronómico.

En ese sentido, algunas de las autoridades señalaron a Télam que el complejo tendrá un punto de semejanza con la feria anual Expoagro.

Otro foco del proyecto será el tratamiento ecológico de los residuos y efluentes, además de la utilización del agua de lluvia para el lavado.

Las nuevas instalaciones permitirán el ingreso para 12.000 cabezas diarias con la posibilidad de ampliar a futuro para recibir a 6.000 más; y la expectativa es que el nuevo mercado cuente con la entrada de "20.000 a 30.000 cabezas semanales", según estimó Longobuco.

"Hoy nos ganó la ciudad y la modernidad, y se merece que los dejemos tranquilos", agregó Longobuco en su discurso final al referirse a los cuestionamientos por el ruido de los caminos, el bramido de las vacas y el olor a bosta de las mismas, los cuales, entre otros motivos, impulsó a la decisión de su mudanza.

Aún se desconoce el destino de su predio, pero el mercado quedará en la historia del barrio: Nueva Chicago, Mataderos, Avenida de los Corrales. Nombres que mantendrán vivo al mítico mercado que dijo adiós.

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