TRAS EL ESCANDALO EN ANDIS
En política, el silencio rara vez es inocente. A veces es una estrategia de contención, otras, una forma de evitar contradicciones. Pero cuando lo que está en juego son acusaciones de corrupción que alcanzan nada menos que al corazón del poder libertario, ese mutismo empieza a transformarse en complicidad.
En Jujuy, los principales referentes de La Libertad Avanza parecen haber adoptado una táctica de bajo perfil. Ni Manuel Quintar, ni Vilma Bedia, ni Ezequiel Atauche se han pronunciado públicamente sobre el escándalo en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), pese a que la controversia llegó hasta la figura de Karina Milei, la hermana del presidente y pieza clave en el armado político libertario.
La diferencia es notoria: mientras el gobernador Carlos Sadir no esquivó referirse al tema, aunque con prudencia, los dirigentes de LLA en Jujuy eligen refugiarse en las sombras. Y no se trata de referentes que carezcan de voz en la opinión pública. Al contrario, muchos de ellos suelen ser activos en redes sociales y propensos a marcar postura sobre diversos debates nacionales. Por eso, su actual silencio se siente aún más estridente.
Incluso el propio presidente Javier Milei habló del asunto en su discurso en Junín. Aunque, lejos de despejar dudas, su intervención dejó un sabor amargo: no convenció a la totalidad de su audiencia y, para colmo, cometió un furcio que distrajo la atención del mensaje de fondo. Si hasta el mandatario nacional sintió la necesidad de expresarse, ¿por qué no lo hacen sus representantes provinciales?
No es la primera vez que Quintar, por ejemplo, utiliza su plataforma para opinar sobre cuestiones sensibles. Hace apenas unas semanas habló de un supuesto "vuelto" ligado al tema del tabaco, lo cual generó debate en medios y redes. Esa disposición a señalar irregularidades contrasta con la actual cautela frente a un caso que involucra a su propio espacio político.
Las denuncias que circulan no son menores: audios del ex titular de ANDIS sugieren que Karina Milei habría cobrado coimas. Una acusación de semejante calibre no puede ser minimizada ni relativizada. Se trata de la hermana del presidente y de la principal arquitecta de la estructura partidaria que sostiene a La Libertad Avanza. Guardar silencio en estas circunstancias no solo resta credibilidad, sino que erosiona la confianza de la sociedad en quienes dicen representar la transparencia y la lucha contra la "casta".
La estrategia del mutismo tal vez busque ganar tiempo, esperando que la Justicia brinde claridad. Sin embargo, en política no siempre esperar es un buen consejo. El vacío de palabra deja espacio a la sospecha y a la lectura popular de que "el que calla, otorga". Y ese refrán, tan antiguo como vigente, parece hoy ensombrecer a los dirigentes libertarios en Jujuy.
El riesgo de este silencio es doble: hacia adentro, porque puede generar descontento entre sus propios simpatizantes, que esperan coherencia y valentía política; y hacia afuera, porque ofrece a la oposición un argumento fácil para cuestionar la falta de transparencia del oficialismo. El libertarismo jujeño, al igual que el nacional, nació con la promesa de enfrentar a la corrupción y romper con las prácticas de la vieja política. Pero cuando las denuncias golpean de cerca, el discurso parece desvanecerse en un silencio incómodo. En Jujuy, ese silencio ya empieza a sonar demasiado fuerte.
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