Mañana, debería iniciarse desde Huacalera la peregrinación hacia el santuario de la Virgen del Rosario de Sixilera, distante a unas 4 horas y un poco más de camino ascendente por los cerros ubicados detrás del poblado quebradeño (distante a unos 105 kilómetros al norte de San Salvador de Jujuy por la ruta nacional 9). El contexto de la pandemia por el Coronavirus, obligó suspender toda actividad religiosa y sólo se está rezando la Novena en las casas de sus fieles en el poblado, Tilcara y en la Capital jujeña.
En los últimos años, la devoción por la sagrada imagen adquirió gran trascendencia, por lo que anualmente fue creciendo la cantidad de los peregrinos como de las bandas de sikuris, que ascienden por Huacalera y descienden a Tilcara, dos días después peregrinando unos 27 kilómetros de camino de herradura. La patrona, cerca del anochecer era esperada en la iglesia "Nuestra Señora del Rosario", por otros tantos tilcareños para saludarla, recibir su bendición y luego, participar en la misa en su honor.
La comisión de su honra, presidida por don Rolando Lance no programó ningún tipo de actividad, excepto el rezo de la Novena, como si dijo más adelante, y el sábado próximo, en que debería haber bajado la imagen a Tilcara, la misa de las 19 celebrada por el párroco Miguel Squicciarini se oficiará en su honor. Se pudo confirmar, que un pequeño grupo de fieles (no más de cinco), ese día a las 5 peregrinará hacia el santuario para estar llegando cerca del mediodía, rezarla en su santuario, y regresar posteriormente a Huacalera.
En el pueblo "la comunidad está algo triste, porque para estos días ya se estaba preparando para peregrinar por la Virgen, ahora no hay nada, sólo estamos rezando las casas, y pidiéndole que nos ayude a salir de esta situación", relató doña Marta Janco, colaborada de la comisión de la festividad. Y destacó que "cada año se iba sumando más gente, porque ella (la Virgen) iba a visitar por todas partes, también las bandas de sikuris se iban incrementando, casi como cuarenta bandas subían hasta el santuario", destacó.
En Huacalera, la comunidad tenía esperanzas que en septiembre la situación epidemiológica se modificara para bien y la patrona descendiera a ese poblado, sin embargo la crisis sanitaria empeoró y dejaron de lado esa posibilidad, debiendo sólo rezar en sus hogares y esperar el próximo año para tenerla entre ellos, contar con su protección y su bendición.