Cómo garantizar la renovación del aire 

Especialistas en arquitectura escolar y calidad del aire interior dan pautas.

La renovación de aire, mediante la ventilación natural o mecánica, es la mejor forma de bajar la carga viral que podría estar presente en un ambiente interior.

Los especialistas aseguran que la dilución de los contaminantes es la solución más eficaz y económica para garantizar la bioseguridad en espacios cerrados. A eso apuntan los protocolos diseñados para la reapertura de las escuelas en todo el país.

"La ventilación debe ser, preferentemente, permanente: esto es siempre más efectivo que hacerlo en intervalos regulares. Mantener la ventilación de forma continua y no solo entre clases", recomienda la guía práctica para ventilar manualmente la escuela elaborada por la Red Argentina de Investigadoras e Investigadores de la Salud (RAIIS).

El ingeniero Armando Chamorro, director del Laboratorio de la Calidad del Aire Interior (AirLab) del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de San Martín, destaca la necesidad de elaborar un plan integral para cada escuela que involucre a todos. "De nada sirve tener los mejores filtros en una escuela si después se barre con una escoba y el polvo vuela por todos lados. Tampoco, tener el mejor equipo si alguien después cierra la toma de aire exterior", ejemplifica.

En general, siempre se habla de abrir ventanas y puertas como sinónimo de ventilación. Si bien es la forma más económica y factible, no es la única manera de ventilar adecuadamente.

Los sistemas mecánicos de inyección o extracción de aire existentes en una escuela se pueden utilizar con el ingreso total de aire exterior. "Para eso, se deben desactivar los controles de ventilación a demanda y abrir los dampers (persianas regulables) de aire exterior al 100%", aclara Chamorro. Además, el experto indicó que el plan de control y mantenimiento debería ser continuo, con un encargado de verificar en forma rutinaria que los cambios implementados sean efectivos.

Los equipos split, por el contrario, están contraindicados porque no consideran la renovación del aire y la infiltración resulta insuficiente. El documento ASRAE 62.1-2019 indica para escuelas en particular, un dosaje de 5 litros de aire por segundo por persona. Con ese parámetro pre Covid, para un aula de 60 m2 ocupada por 25 personas (575 m3/h) resulta en tres renovaciones por hora.

Con un cálculo rápido, Chamorro demuestra que un aula estándar puede cumplir estos parámetros sin inconvenientes con ventilación natural. "La ventilación debe ser cruzada, distribuida y constante", suma la guía del RAIIS. La indicación es abrir ventanas y puertas de paredes opuestas y repartir la misma abertura entre el mayor número de puntos posible. También se recomienda, dentro de lo posible, mantener las puertas abiertas para evitar contacto con herrajes y permitir circulación de aire.

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