ULTIMO MOMENTO:
EL TITULAR DEL CUERPO REGIONAL LE REMITIÓ UNA NOTA
Conforme al mandato otorgado por los vicegobernadores de Santiago, Catamarca, Salta y Jujuy, el titular del Parlamento del NOA, el tucumano Osvaldo Jaldo, remitió una nota al presidente de la Nación Alberto Fernández, solicitándole la prórroga de la Ley de Biocombustibles.
La semana pasada sesionó de forma virtual el Parlamento del NOA, de la cual fue parte del vicegobernador de Jujuy, Carlos Haquim, junto a sus pares Florencia López (La Rioja), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Antonio Marocco (Salta), Rubén Dusso (Catamarca); y Carlos Silva Neder (Santiago del Estero).
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Haquim luego daba cuenta de los temas abordados en dicho cónclave, entre ellos pandemia y la ley de biocombustible cuyo proyecto de prórroga está siendo demorado en el Congreso de la Nación, pese a que entre los autores de la iniciativa se hallan muchos integrantes del oficialista Frente de Todos, bloque mayoritario tanto en Diputados como en el Senado.
En orden a las resoluciones acordadas por los titulares de las legislaturas de la región, el presidente del ParlaNOA, el tucumano Osvaldo Jaldo, cursó en las últimas horas varias notas dirigidas en primer lugar al presidente de la Nación, Alberto Fernández, solicitando la prórroga de la Ley de Biocombustibles Nº 26.093 hasta diciembre de 2024.
Esta norma abrió un horizonte de oportunidades en el área de la bioenergía, pero está a poco de vencerse (mayo de 2021), de ahí la necesidad de extender el plazo hasta 2024. "Esta producción genera más de 250.000 puestos de trabajo en todo el territorio", destacó Jaldo en la misiva. Aludía así, a la presencia de los ingenios azucareros que producen bioetanol. Jujuy cuenta con tres ingenios: Ledesma, Río Grande y la recuperada La Esperanza.
El sector de los biocombustibles es uno de los que más crecieron en la Argentina en la última década. Impulsado por una legislación que se consideró adecuada, instaló plantas, captó inversiones e incrementó sus ventas en el mercado interno y externo. Pero ahora se enfrenta a importantes desafíos: al efecto coronavirus, que prácticamente paralizó sus fábricas, la caída de los precios internacionales, las trabas arancelarias para ingresar a ciertos mercados y la incertidumbre por el vencimiento, el 12 de mayo de 2021, de la ley que lo incentivó.
En la última década, esta industria invirtió US$2500 millones, generó 40.000 puestos de trabajo (entre directos e indirectos) e instaló 33 plantas de biodiésel, con una capacidad de producción de 3,9 millones de toneladas por año, y 22 de bioetanol, con capacidad de 1,4 millones de toneladas anuales. La actividad conserva su potencial, pero debe sortear ciertos obstáculos. Patrick Adam, de la Cámara de Bioetanol, opinó que "así, la industria no da más: no solo hubo caída de la demanda de 25% con relación al año pasado sino que, además, tenemos un precio que no cubre los costos de producción".
