Pasó el primer round del año de Juntos por el Cambio

Gerardo Morales desarrolla su propia via

El escueto pronunciamiento que lanzó este jueves la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio cerró la primera pulseada del año por el liderazgo de la coalición opositora. El comunicado difundido tuvo como objetivo confirmar que su dirigencia partidaria y parlamentaria asistirá a una reunión con el ministro de Economía, Martín Guzmán. Quiere reunirse en el Congreso y conocer los detalles de la negociación con el FMI que, hasta ahora, el jefe del Palacio de Hacienda no ventiló en la presentación del miércoles con los gobernadores y las gobernadoras que no pertenecen a la alianza. Las definiciones se concretaron en una reunión virtual del espacio, donde sus figuras más intransigentes, como la titular del PRO, Patricia Bullrich, y el senador Alfredo Cornejo, cedieron ante el planteo del jefe de la UCR, Gerardo Morales, que propuso asistir luego de desautorizar al alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta. El jujeño trabaja en la construcción de su propia tercera vía. 

"Esta deuda la contrajimos nosotros, lo menos que tenemos que hacer es ir y escuchar", había dicho el gobernador norteño para plantear su diferencia pública. El jefe de Gobierno, al igual que Cornejo y Bullrich, se había mostrado en contra de participar de "una foto política" sin definiciones. Cuando Morales habló, cosechó las críticas que Rodríguez Larreta no lanzó. Las recibió de parte del diputado macrista Fernando Iglesias, que responde a Macri. Sostuvo que "desde el crédito del FMI (2018) hasta el final de mandato de Macri la deuda total bajó. Los fondos se usaron para pagar deuda que estaba a mayor interés. No 'contrajimos la deuda', ignorante. Tuvimos que pagarla junto con el déficit fiscal que dejó el peronismo. Estudiá". 

La virulencia del legislador sumó a su par Waldo Wolff en la movida y fue parte de los cruces internos de la reunión de este jueves. Los detalles fueron mantenidos en reserva, pero los más reacios a participar, como Bullrich, insistieron en la línea que Rodríguez Larreta había expuesto públicamente. La titular del PRO recordó que ya hubo invitaciones anteriores que no terminaron en nada. Resaltó que el Gobierno había hecho convocatorias similares durante la pandemia para "sacar la foto", pero "sin contenido en la discusión". También recordaron la oportunidad de la reunión con el titular del PRO, Cristian Ritondo, y el entonces intendente Jorge Macri para anunciar la aplicación de un fondo para municipios "y después sacaron una foto para decir que había apoyo para correr el calendario electoral por la pandemia". "Sólo queremos evitar que nos quieran dejar pegados en una foto sin contenido", aclaró un dirigente del PRO que se identifica con Bullrich. 

Las agresiones públicas de Iglesias no pasaron inadvertidas para Morales, que también dijo su punto de vista. "Malinterpretan, no salen a dialogar, Gerardo no se refirió a si la deuda estuvo mal o bien tomada, sólo dijo que la deuda al Fondo se la pedimos nosotros. Nadie puede cuestionar que en ese momento era la mejor opción para tomar un crédito, el cuestionamiento tiene que ver con lo que hiciste con ese crédito", relató un dirigente del partido que le cuida las espaldas a Morales. "Si nosotros la pedimos, ¿qué vamos a decir ahora? ¿que no la queremos honrar?, remarcó. 

No lo dirán en público, pero en esta era del radicalismo, que juega a conducir la coalición de derecha que cofundó, sus dirigentes no olvidan que Macri no les consultó en 2018 cuando decidió iniciar las conversaciones con el Fondo. En la sede boinablanca de Alsina 1.700 mascullan que el fundador del PRO recién les habló del tema cuando la decisión estaba tomada y tanto Cornejo como Ernesto Sanz le habrían advertido de los riesgos de no introducir controles de cambios para evitar la fuga de capitales. El silencio cómplice les costó muy caro en las elecciones de 2019 y es parte de los dividendos que reclaman en privado para 2023. 

En el entorno del gobernador jujeño dicen que su intervención también dejó en evidencia que el Gobierno no es el único que no tendría un plan. En JxC tampoco lo tienen. Así defienden esa estrategia de diferenciación tardía. Dicen que se están metiendo "entre dos proyectos de poder" con este posicionamiento sobre la deuda. 

El primero se lo adjudican a la vicepresidenta Cristina Fernánadez de Kirchner y a la organización La Cámpora. En el comité nacional radical creen que el kirchnerismo no quiere pagar los costos políticos del acuerdo y que no se prepara para pelear electoralmente en 2023, sino en 2027. "Lo que hizo La Cámpora fue retardarse en el tiempo para llegar al poder y sabe que, si aprueba un pacto con alto costo político, no vuelve más", analizan. 

En el radar de Morales, el segundo proyecto de poder que tercia en las definiciones sobre la deuda no es Larreta, sino Macri. "Si no hay acuerdo con el Fondo, todo vuela y él zafa, porque, si ese costo lo paga el peronismo, se prepara para volver, siempre en espejo con lo que hizo Cristina". La lectura es parte de la justificación que enumera el jujeño, aunque la "interferencia" de la que hablan no es accidental, sino parte de una decisión política. Consideran que ninguno de esos dos proyectos "no son lo mejor para la Argentina" y, sin hacer mucha alaraca, se burlan de Iglesias. En sus últimas agresiones también lanzó: "Harto del vice de (Roberto) Lavagna". Lo escribió para chicanear a Morales por su pasado. El radical no se arrepiente de haber sido, en octubre de 2007, compañero de fórmula del ministro de Economía que compartieron Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. Lavagna y Morales perdieron. Obtuvieron el 16,91 frente a la primera candidatura presidencial de CFK y quedaron en el tercer lugar. 

El cierre provisorio del debate interno de este jueves dejó un saldo a favor del flamante titular del radicalismo. "Ahora Gerardo primereó con esta postura intermedia de tender puentes entre oficialismo y oposición, algo que antes hacia Horacio", analizaron en el macrismo. 

La primera impresión de los chispazos entre Morales y la mayoría del PRO, encolumnado en la posición más ultra, deja entrever que la relación con el Gobierno es una línea divisoria que eligió el radicalismo para poner en marcha las definiciones de su última elección interna .

"Morales no se diferencia, es el radicalismo el que expresa otra cosa, pero ahora que tomamos más musculatura, pero Gerardo está convencido de que, si no hay acuerdo con el FMI, entonces no habrá 2023 para nadie", definieron en la sede partidaria de Alsina para dar por cerrado el primer round del año con el PRO.

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