El cambio climático: ¿protagonistas o testigos?

ENFOQUE Por Gustavo Lores *

Uno de los antecedentes globales y más difundidos por la prensa referidos al impacto ambiental por causas no naturales data de 1943. En la ciudad de Los Ángeles se usó por primera vez el término smog, acrónimo de smoke (humo) y fog (niebla). El smog se origina a partir de la combinación del aire con elementos químicos generados principalmente por escapes de combustión en vehículos de transporte. La evolución hacia "naftas limpias" y medidas de restricción vehicular han tenido efectos positivos. Nuestra actividad diaria produce consecuencias invisibles de manera instantánea pero contundentes cuando se las analiza en perspectiva de largo plazo. Una de ellas es el "cambio climático", que se define como la variación global del clima de la Tierra y que obedece tanto a causas naturales como a la acción humana. 

Desde el punto de vista meteorológico, se consideran procesos tales como la variación de la radiación solar y de los parámetros orbitales de la tierra, los movimientos de la corteza terrestre y la actividad volcánica, entre otros. No obstante, la ciencia estableció como principal causa del cambio climático el "calentamiento global" provocado por la emisión de gases en procesos no naturales. Naciones Unidas en 1988, ante la evidencia del deterioro acelerado de las condiciones de supervivencia, creó el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), organismo de referencia para que los gobiernos dispongan de información científica actualizada. El pasado 9 de agosto el IPCC produjo el Sexto Informe de Evaluación sobre el cambio climático. Está disponible en https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/ y concluye con una dura advertencia sobre las consecuencias de continuar con la lógica actual en materia de preservación del clima. El cambio climático viene provocando efectos en todas las regiones. Se estima que la última década ha sido más calurosa que cualquier otro período de los últimos 125.000 años y que en 2019 los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera fueron los más altos en 2 millones de años. Algunos de los cambios en marcha, como el aumento continuo del nivel del mar, son irreversibles. Entre 1850 y 2020 -esto es en 170 años- el efecto de las emisiones no naturales provocó 1,1°C de calentamiento en la temperatura media en el Mundo. Se espera que sólo durante los próximos 20 años se produciráun aumento adicional de la temperatura global de entre 1,5°C y 2ºC, considerando las medidas de mitigación encaradas.

El informe de la ONU encuentra que, a menos que haya reducciones inmediatas, rápidas y a gran escala en las emisiones de gases de efecto invernadero, limitar el calentamiento a cerca de 1,5°C o incluso de 2°C estará fuera de alcance. Algunos efectos predecibles para los próximos 20 años, en un escenario de 2°C de calentamiento global, son: a) los extremos de calor superarán los umbrales de tolerancia para la agricultura y la salud; b) se producirán cambios en la humedad y la sequedad, vientos, regímenes de precipitaciones; c) colapsarán las capas de hielo superficiales; d) se alterará la circulación del agua en los océanos; e) aumentará la probabilidad de inundaciones en ciudades edificadas frente al mar y zonas ribereñas de valles y montañas.También se prevé que un sensible aumento en la contaminación atmosférica de las ciudades y las crisis climáticas sean simultáneas.

Ha quedado claro que el clima de la Tierra está cambiando y que el papel de la influencia humana es indiscutible. El informe muestra que las acciones humanas todavía tienen el potencial de determinar el curso futuro del clima. "La estabilización del clima requerirá reducciones fuertes, rápidas y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero, y llegar a cero emisiones netas de dióxido de carbono en 2050." Las principales conclusiones del IPCC son dos: a) a menos que se reduzcan de inmediato y a gran escala las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo, será imposible limitar el calentamiento a 2°C que es el umbral crítico para un futuro seguro desde el punto de vista climático; b) a pesar de cualquier acción no se descartan cambios bruscos, sorpresivos e irreversibles en el clima global en un futuro inmediato.

Si ya se sabe que el cambio climático es generado por las actividades humanas, lo que resta es plantearse que medidas se toman. Como primera acción surge que las ciudades deberían elaborar evaluaciones de impacto y planes de adaptación que proyecten y respondan a los cambios climáticos locales, idealmente utilizando modelos que puedan representar los procesos urbanos. Hay una cuestión de fondo que no se aborda: ¿Puede soportar la Tierra a la Humanidad en forma indefinida? ¿Qué pasará si no se gestiona el crecimiento demográfico y el uso de los recursos que implica? Estas dos preguntas, de respuestas complejas pero urgentes, están relacionadas con la ecología, política y ética. Tal vez desarrollar estos tres valores en nuestra sociedad permita la continuidad de la especie. Para ello, nuestros líderes y lideresas deberían comenzar por sembrarlos. Y los votantes y las votantes regarlos, cosecharlos y ponerlos en práctica.

(*) Decano de la F. de Ingeniería de la UNJu

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