El juez federal Daniel Rafecas procesó ayer al detenido ex ministro de Planficación Julio De Vido y al ex secretario de Energía Daniel Cameron por negociaciones incompatibles con la función pública, al considerar que favorecieron a la constructora brasileña Odebrecht en contratos para la ampliación de los gasoductos Norte y Sur entre 2006 y 2008.
Se trata del primer procesamiento dictado por la Justicia argentina en una de las causas vinculadas al escándalo por el pago de sobornos de la constructora llamado Lava Jato en Brasil y que repercutió en varios países de la región.
Para el juez Rafecas no hay margen de duda respecto al rol esencial que tenía el ministro De Vido en relación a los procedimientos irregulares investigados, según el fallo de 308 carillas al que accedió Télam. Es posible afirmar que De Vido no pudo carecer de conocimiento -cuanto menos, de los trazos más gruesos-, respecto del modo y la vía por la que la Constructora Norberto Odebrecht ingresó al desarrollo de las obras de infraestructura sobre las cuales, por cierto, el ministro tenía especiales responsabilidades en función de las misiones que le fueran encomendadas a su ministerio por decreto presidencial, apuntó. Sostuvo que lo ocurrido aconteció en el ámbito de su cartera ministerial a la cual pertenecía el organizador Secretaría de Energía-, el suborganizador Subsecretaría de Combustibles-, el Enargas organismo que asistía a la Secretaría de Energía-, y la Subsecretaría de Energía Eléctrica.
Los contratos para ampliar los gasoductos fueron acordados bajo el condicionamiento establecido a través de las acciones singulares y conjuntas de los entonces funcionarios ahora procesados. La megaobra -con un presupuesto de 2.300 millones de dólares- estuvo a cargo de Odebrecht, la constructora implicada en el escándalo brasileño del Lava Jato por multimillonarios pagos de sobornos en distintos países para obtener obra pública.
Para Rafecas, todo el proceso licitatorio habría estado enderezado desde un principio a la adjudicación del negocio a Odebrecht, aunque aclaró que en su investigación no está incluido el supuesto pago de sobornos, sino que ese delito forma parte de otra causa, a cargo del juez federal Marcelo Martínez De Giorgi. Rafecas dio por probado que hubo negociaciones incompatibles, un delito que prevé hasta seis años de prisión, y se dictaron embargos por un millón de pesos a los procesados. Existieron interferencias ajenas a los intereses de la Administración Pública en la medida de que se advierte la concurrencia de actos dirigidos a beneficiar a Odebrecht, puntualizó el juez.
Existen elementos para considerar, con el grado de certeza que esta etapa procesal exige que De Vido facilitó, en incumplimiento del deber de fidelidad en la correcta prelación de los intereses de la Administración pública, el desvío de la voluntad negocial de la Administración, plasmado en la actuación parcial de otros funcionarios públicos dependientes suyos, concluyó.
Todo se hizo en favor de los intereses de Odebrecht compañía que finalmente resultó adjudicataria de los contratos de prestación de servicios requeridos para la obra Ampliación gasoductos TGS y TGN.