El abogado y activista Marcelo Crovato, el único argentino preso por motivos políticos en Venezuela durante el gobierno del presidente Nicolás Maduro, escapó a Colombia a casi cuatro años de estar privado de su libertad por defender a personas cuyas residencias fueron allanadas por la policía durante las manifestaciones de protesta de 2014.
Crovato, de 51 años, salió de Venezuela junto a su esposa y sus hijos, de 11 y siete años, y cruzó la frontera con Colombia, desde donde planea regresar a la Argentina.
Afectado por un cáncer de piel que no pudo tratar mientras estuvo privado de libertad, Crovato intentó ahorcarse en una cárcel, después de que le ratificaran su detención.
Primero fue alojado en un calabozo de la Brigada de Acciones Especiales (BAE), en San Agustín del Sur, y después en la cárcel Yare III, con delincuentes comunes acusados por homicidio, secuestro, extorsión o estafa.
Tras tres años de encarcelamiento, le otorgaron prisión domiciliaria debido al deterioro de su salud. Según transmitieron él y su familia a miembros del Congreso argentino, necesita medicamentos en forma urgente.
El abogado ideó un plan durante meses sin decirle a nadie de su entorno para no arriesgarse a ser descubiertos o acusados por el gobierno.
Me fui sin despedirme de mi padre y de mi madre para evitar que alguien hiciera un comentario o quisiera ayudar, y no quería comprometerlos; la planificación la hicimos entre mi esposa, yo y familiares fuera de Venezuela que podían verificar datos y no corrían riesgo de persecución, explicó Crovato.
Si no hay información, no van a saber qué o por dónde buscar y voy a poder proteger a personas que ayudaron; pero sobre todo, a quienes no sabían pero que en Venezuela podrían verse complicados, añadió en declaraciones