Aseguró que la esperanza de paz se acrecienta y comprometió su esfuerzo para que 2016 sea el año de la paz, mientras la delegación oficial, con visible molestia, advirtió que las partes no estarán indefinidamente en La Habana.
La fecha límite había sido pactada el 23 de septiembre por el presidente Juan Manuel Santos y el máximo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodigo Londoño, alias Timochenko, con un apretón de manos que ilustró las portadas de la mayoría de los diarios del continente.
Pero semanas atrás el ministro de Gobierno colombiano, Juan Fernando Cristo, dio la pauta de que los rumores de que los desacuerdos impedirían llegar a tiempo cuando habló de la posibilidad de extender hasta junio la fecha límite y rápidamente la ex senadora Pilar Córdoba, afín a los insurgentes, salió a instalar que ayer se anunciaría al menos el cese bilateral del fuego. Ocurrió lo primero pero no lo segundo.