Mientras tanto, algunos miles de personas protestaban esta noche frente al palacio del Planalto, sede del gobierno en Brasilia, y en la céntrica avenida Paulista, de San Pablo, contra la designación de Lula como ministro de la Casa Civil, anunciada oficialmente ayer, y reclamaban la renuncia ya de la mandataria.
En Brasilia se habían congregado unas 2.500 personas acompañadas por una treintena de legisladores, mientras en San Pablo -la mayor ciudad del país- se habían reunido al menos otras tantas, según reportaron los diarios Folha de Sao Paulo y O Globo en sus sitios de internet.
Al mismo tiempo, Rousseff permanecía reunida en el palacio de la Alvorada -residencia presidencial- con asesores y abogados, analizando los pasos a seguir.