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Soave, Italia (AP)-La ansiedad por la epidemia del nuevo coronavirus causó el desplome de los mercados bursátiles y los precios del petróleo en todo el mundo ayer, desató motines en prisiones en Italia y causó un aluvión de cierre de recintos y cancelación de eventos que van de escuelas saudíes a una marcha por el Holocausto. Si bien muchos de los trabajadores administrativos de Beijing retomaron sus actividades una vez que los nuevos casos de infección bajaron en China, cerca de 16 millones de personas bajo un cierre generalizado en el norte de Italia batallaron para cumplir las nuevas normas de su aislamiento masivo. Los precios del petróleo a nivel mundial registraron sus peores pérdidas porcentuales desde el inicio de la Guerra del Golfo Pérsico en 1991. En Arabia Saudí, las acciones del gigante petrolero estatal Saudi Aramco cayeron 10%, lo que obligó a frenar las operaciones de la compañía en el mercado bursátil de Riad. Reos en más de dos docenas de prisiones italianas se amotinaron contra las restricciones de visitas familiares y otras medidas de contención, y seis murieron después de irrumpir en el dispensario y sufrir una sobredosis de antipsicóticos. Los pasajeros en la principal estación de trenes de Milán tuvieron que llenar formularios de la policía en los que declaraban que viajaban por “necesidades de trabajo demostrables”, situaciones de necesidad, de salud o de regreso a casa. También tuvieron que presentar documentos de identificación, números de contactos y una razón exacta para viajar. Milán, el núcleo financiero del país, y Venecia, un popular destino turístico, estaban entre los lugares bajo cuarentena. En todo el país cerraron museos y yacimientos arqueológicos, se cancelaron bodas y los restaurantes recibieron orden de mantener a los clientes a un metro (3,3 pies) de distancia. El país ha registrado 7.375 casos del COVID-19, la enfermedad que provoca el virus, y 366 muertes, más que cualquier otro país no asiático. El papa Francisco celebró ayer una misa en solitario en el hotel vaticano donde vive, transmitiendo en vivo, pero reanudó algunas reuniones. En un intento por ofrecer un mensaje de confianza para el sector económico, el presidente francés Emmanuel Macron y su esposa caminaron por los famosos Campos Elíseos de París, pero mantuvieron una distancia de seguridad de un metro de los¿ transeúntes. “Estrecho manos usando mi corazón”, dijo al saludar a la gente de lejos. Exhortó a que el gobierno tenga una respuesta
proporcional a la situación. “No podemos cerrar el país, pero necesitamos proteger a las personas más frágiles”, subrayó. El lento resurgimiento de China después de semanas de restricciones extremas de viajes ofrece un lúgubre panorama sobre los efectos que el virus puede causar a largo plazo en la economía de un país. “Nuestro negocio se encuentra en una quinta
parte de lo que era antes”, dijo Cheng Sheng, que ayuda a operar un puesto en Beijing que vende salchichas y tallarines. “Hay muchos menos transeúntes. No hay gente”.
