Más de 700.000 personas que escapan de guerras en Medio Oriente y África, sobre todo en Siria, Irak y Afganistán, llegaron a Europa en 2015, muchos de ellos pasando por Turquía, Grecia y los países de los Balcanes Occidentales, en busca de nuevas vidas en Alemania u otros estados de la Unión Europea (UE).
Las tensiones han ido en aumento por el aluvión de inmigrantes por los Balcanes luego de que Hungría cerrara sus fronteras, el sábado pasado, desviando el flujo hacia Croacia, al Suroeste, y Eslovenia, más al Oeste, que por su parte limitaron los ingresos.
Mientras miles de refugiados avanzan y otros miles siguen varados a la espera de la intermitente apertura de fronteras, los gobiernos de los tres países volvieron acusarse hoy de haber empeorado la situación con las distintas medidas, muchas veces contradictorias, que han adoptado para lidiar con la crisis.