Algunos de los artistas que fueron parte de la denominada Trova Rosarina, un movimiento que aportó un cancionero renovado a un espacio donde la música popular dialogó con el rock y el folklore, se reunirán para ser uno de los platos fuertes de la noche inaugural del 59no. Festival Nacional de Folklore de Cosquín.
Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Jorge Fandermole, Adrián Abonizio, Rubén Goldín y Fabián Gallardo serán los encargados, el sábado 26 de enero, de reponer una obra que tuvo su primera y acabada expresión en el álbum Tiempos difíciles que Baglietto publicó en 1982.
El disco en cuestión entonado por Baglietto y Garré, incluyó temas firmados por Abonizio (Mirta, de regreso), Fandermole (Era en abril) y Goldín (Sin luna), además de cinco piezas de autoria de Fito Páez (entre ellas La vida es una moneda y Puñal tras puñal).
El reencuentro de estos creadores se concretará por impulso del Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe en el marco de la celebración de los 35 años de democracia.
Con esta presencia, la provincia cumpirá su undécima participación consecutiva en Cosquín y compartirá la velada de apertura con un homenaje a Mercedes Sosa (denominado Traigo el pueblo en mi voz y con las presencias de León Gieco, Peteco Carabajal, Liliana Herrero, Julia Zenko, Víctor Heredia, Bruno Arias, Nahuel Pennisi, Bruja Salguero, José Luis Aguirre y Nadia Larcher bajo dirección de Popi Spatocco) y la actuación de Soledad, entre otras atracciones.
A lo largo de la máxima cita folklórica que se extenderá hasta el 3 de febrero también destacan los 30 años de la consagración de Chango Spasiuk, el debut de Dos más Uno y los cruces de Bruja Salguero con Eruca Sativa y de Los 4 de Córdoba con Las Pastillas del Abuelo.
La primera edición del Festival de Cosquín se realizó entre el 21 y el 29 de enero de 1961 sobre la ruta nacional 38 cortando la misma con un escenario de material. La iniciativa provino de un grupo de habitantes de la ciudad, que decidieron organizar un espectáculo folklórico durante las vacaciones de verano, con el fin de promover el turismo e incentivar la economía local.
En las primeras décadas del siglo XX, la tuberculosis azotó al país y muchos enfermos decidieron trasladarse al Valle de Punilla para sanar debido a las bondades del clima de la zona. La convocatoria al festival dio resultado rápidamente. Se convocó a artistas de todo el país como Jaime Dávalos y el oriental Aníbal Sampayo y Alberto Lona, superando todas las expectativas y el festival se transformó en el acontecimiento folklórico anual más importante del país.