Roma,(ANSA)-Los investigadores que trabajan sobre los huesos hallados en un edificio adyacente al palacio de la Nunciatura vaticana, examinados para saber si se trata de los restos de la adolescente vaticana Emanuela Orlandi, desaparecida en 1983, creen que podrían pertenecer a dos personas diferentes.
Según las fuentes, durante los trabajos de refacción del pavimento los obreros al parecer hallaron un esqueleto casi entero y, en otro punto, otros fragmentos de huesos.
Por el momento no se puede determinar a qué época se remontan los restos y se están efectuando comparaciones, sobre todo sobre el cráneo y los dientes, para verificar si hay alguna conexión con el caso Orlandi.
Preguntaremos a la fiscalía de Roma y a la Santa Sede de qué modo fueron halados los huesos y cómo su hallazgo se puso en relación con la desaparición de Emanuela Orlandi o Mirella Gregori, otra adolescente desaparecida en Roma en 1983, dijo Laura Sgró, abogada de la familia Orlandi.
Si se logra extraer el ADN de los restos bastarán entre 7 y 10 días para comprender si son efectivamente los de Emanuela Orlandi, afirmó Giovanni Arcudi, director de Medicina Legal de la universidad Tor Vergata de Roma, para quien otros exámenes podrían requerir tiempos más largos.
No siempre sin embargo se consigue hallar material genético utilizable; depende de cómo se conservaron los restos y del tipo de huesos que tengamos. De los dientes por ejemplo se extrae bien, y también de las vértebras, pero por ejemplo la conservación en un lugar seco o húmedo tiene gran influencia sobre las posibilidades de extraer un ADN limpio.
En ausencia del ADN se recurre a los exámenes sobre los huesos, que requieren más tiempo, cada pequeño fragmento se evalúa y se mide. Potencialmente de estos exámenes se puede saber mucho, desde la edad a la estatura y el sexo, además de la presencia de lesiones óseas que podrían confrontarse con aquellas de la persona.
El martes por la noche hubo una nueva inspección de la policía científica en torno a la Nunciatura del Vaticano.
La fiscalía de Roma, por su parte, investiga por homicidio.
REFLEXIÓN DEL ADULTERIO
Ciudad del Vaticano- El papa Francisco reflexionó ayer en la audiencia general de los miércoles, ante unos 15.000 peregrinos de todo el mundo reunidos en la plaza San Pedro, sobre el sexto mandamiento, no cometer adulterio.
¿Quién es el adúltero, el lujurioso, el infiel? Es una persona inmadura, que guarda su vida para sí e interpreta las situaciones en base a su propio bienestar y satisfacción, dijo Francisco. Por lo tanto, para casarse no basta con celebrar el matrimonio: hay que hacer un camino del yo al nosotros, de pensar por sí solo a caminar de a dos, de vivir solo a vivir de a dos. Es un buen camino, un camino bello, agregó el pontífice.
Nuestra dimensión afectiva es una llamada al amor, que se manifiesta en la fidelidad, en la acogida y en la misericordia, observó Francisco.
Sin embargo, no hay que olvidar que este mandamiento se refiere explícitamente a la fidelidad matrimonial, y por lo tanto está bien reflexionar más a fondo sobre su significado esponsal, agregó, subrayando que este tramo de la Epístola de San Pablo a los Efesios es revolucionario.
Pensar, con la antropología de aquella época, decir que el marido debe amar a la mujer como Dios ama a la Iglesia, es una cosa revolucionaria, es lo más revolucionario dicho en aquel tiempo, afirmó el papa.
Podemos preguntarnos -agregó- este mandamiento de fidelidad, ¿a quién está destinado? ¿Solo a los esposos? En realidad, este mandamiento es para todos, es una palabra paterna de Dios dirigida a todo hombre y mujer.
Recordemos -exhortó el papa- que el camino de la maduración humana es el recorrido mismo del amor, que va del recibir cuidado a la capacidad de ofrecer cuidado, del recibir la vida a la capacidad de dar vida.