CUADERNOS DE LA CORRUPCIÓN K
Buenos Aires,-Coletazos por los Cuadernos de Centeno podrían llegar a los despachos de los banqueros más importantes del país, ya que según cálculos de la Fiscalía, por el auto que condujo el chofer Omar Centeno pasaron u$s 160 millones. En el juzgado de Claudio Bonadio hablan de más de u$s 200 millones.
Los supuestos pagos de coimas de empresarios a funcionarios públicos se cuentan por cifras que van de los u$s 250.000 a u$s 1,5 millones.
La investigación está en marcha y tiene varias direcciones, con decenas de imputados, algunos detenidos y varios arrepentidos, pero hay una misma pregunta recurrente: ¿De dónde salían los millones de dólares que tenían los empresarios si todavía existía el cepo cambiario? Las miradas apuntan a los bancos.
El fiscal federal Federico Delgado aseguró esta semana que la trama por los sobornos de Odebrecht en Brasil tiene correlato y similitudes con el escándalo destapado por el remisero de Baratta en la Argentina. Es bastante similar en cuanto a los actores, las fechas, los nombres que dan vuelta por los medios de comunicación, señaló el investigador, y agregó: Son casos parecidos, con protagonistas, montos, intermediarios, bancos similares, en los mismos países.
¿Bancos? Sí, el fiscal dijo bancos.
Casi sin meditarlo, Delgado abrió una puerta que podría derivar en una crisis de credibilidad, aún mayor a la que hoy se vive en el país, con el dólar al abismo de los $ 30.
Si se sigue ésta línea, la hipótesis investigativa girará en torno al presunto lavado de dinero, minimizando así el cohecho, los aportes ilegales de campaña o la extorsión. El lavado de activos prevé penas de tres a diez años de prisión y una multa que puede variar entre 2 y 10 veces el monto de la operación.
El cepo cambiario rigió desde octubre de 2011 a diciembre de 2015. En los segundos cuatro años de gobierno de Cristina de Kirchner, los argentinos que deseaban comprar dólares debían pedir permiso a la AFIP y tenían topes mensuales para adquirir divisas.
Cuando la medida comenzó a regir, el tipo de cambio apenas superaba los $ 4, pero la presión del blue lo fue inflando. Al final del camino, cuando Mauricio Macri lo desarmó, cotizaba unos $ 13,50.
El historial del cepo fue in crescendo. En febrero de 2012 se dictaminó que las empresas no podrían comprar divisas para girar regalías y dividendos al exterior. Al mes siguiente, en marzo de 2012, el Banco Central estableció que sólo se podía extraer moneda extranjera en cajeros del exterior contra cuentas locales en dólares y siempre que esas cuentas tuvieran fondos, al tiempo que se comenzaron a bloquear los giros minoristas fuera del país. En mayo, la AFIP bloqueó la compra de dólares para el atesoramiento y anunció más controles a los arbolitos.
Luego, se impidió el retiro de dólares en cajeros automáticos, se incluyó en el cepo al turismo, se eliminó la posibilidad de comprar divisas para ahorro, aparece el dólar tarjeta, se limitó el uso de dólares para comprar viviendas, se fijó un tope de u$s 2.000 por mes para los que percibían ingreso por más $ 80.000 mensuales, se redujeron los cupos compradores para importadores. Para ese entonces, conseguir un fajo de u$s 10.000 legales era más difícil que ganar un Mundial de Fútbol.
Sin embargo, de los Cuadernos de Centeno se desprende que los empresarios involucrados en la coimas juntaban más de u$s 1 millón sin inconvenientes, sin topes ni máximos.
El 30 de junio de 2015 Néstor Lazarte -secretario de Baratta- retiró u$s 1.500.000 que le entregó Sánchez Caballero en el garaje del hotel Hilton, dice la imputación contra el exgerente de IECSA, la exconstructora de Ángelo Calcaterra, a quien le atribuyen 13 fechas más en las que habría realizado pagos por un total de u$s 6.550.000, aunque las estimaciones periodísticas llegaban a u$s 8 millones.