Madrid,-El Papa Francisco se dirigió expresamente a los socorristas españoles que salvan vidas de inmigrantes en el Mediterráneo y les animó a que sigan siendo testigos de la esperanza en un mundo reacio a compartir, durante la misa en San Pedro que dedicó ayer a los inmigrantes, coincidiendo con el quinto aniversario de su visita a la isla de Lampedusa.
A la misa asistieron unas doscientas personas, entre refugiados y cooperantes que trabajan en la acogida, entre ellas una representación de la ONG española Open Arms y su fundador, Óscar Camps.
Quise celebrar el quinto aniversario de mi visita a Lampedusa con ustedes, quienes representan los socorristas y los rescatados en el Mar Mediterráneo, dijo Francisco al dirigir tras su homilía unas palabra en español directamente a los fieles llegados de España.
Continuó expresando a los socorristas el agradecimiento por encarnar la parábola del Buen Samaritano, quien se detuvo a salvar la vida del pobre hombre golpeado por los bandidos sin preguntarle cuál era su procedencia, sus razones de viaje o sus documentos. Simplemente decidió hacerse cargo y salvar su vida, añadió.
A los rescatados, el Papa les envió su solidaridad y aliento, ya que conozco bien las tragedias de las que se están escapando. Les pido que sigan siendo testigos de la esperanza en un mundo cada día más preocupado de su presente, con muy poca visión de futuro y reacio a compartir, y que con su respeto por la cultura y las leyes del país que los acoge, elaboren conjuntamente el camino de la integración, les dijo.
La misa del viernes, celebrada en un ambiente íntimo, rememoró la visita que el Pontífice hizo el 8 de julio de 2013 a Lampedusa.-