PENSANDO EN PASAR A CUARTOS DE FINAL
La selección argentina vivió horas de euforia tras vencer a Nigeria y conseguir una agónica clasificación a octavos de final del Mundial de Rusia, pero ayer volvió a la calma al regresar a su búnker en Bronnitsy para recuperarse y preparar el inminente partido con Francia del sábado en Kazán.
El triunfo por 2-1 sobre Nigeria con un gol sobre el final de Marcos Rojo hizo estallar a los jugadores y a las decenas de miles de argentinos que colmaron el estadio de San Petersburgo en la noche del martes, que temían una eliminación en primera ronda.
La alegría duró durante el viaje rumbo al aeropuerto con cánticos y saltos en el ómnibus.
Ganar la Copa del Mundo es lo que más quiero, los jugadores dejando la vida en cada partido, cantaron los jugadores usando el techo y las paredes del vehículo como redoblantes según los videos que se viralizaron por las redes sociales.
Todos juntos vamos a festejar, la Plaza Roja vamos a copar, entonaron, siguiendo las estrofas de uno de los hits de los hinchas albicelestes en Rusia 2018, basado en la música del tema Imposible de la banda Callejeros, una de las favoritas del técnico Jorge Sampaoli.
El vuelo de poco más de una hora de San Petersburgo hasta el aeropuerto cercano a Bronnitsy, el pequeño pueblo donde Argentina instaló su centro de entrenamiento a 60 kilómetros de Moscú, ayudó a calmar los ánimos.
Tras el descanso, los jugadores titulares realizarán a última hora de la tarde ejercicios regenerativos, mientras que los suplentes harán una práctica más intensa.
La selección argentina tendrá sólo tres días para preparar el choque de octavos con Francia, primera del Grupo C y una de las favoritas en Rusia 2018.
A BUSCAR MAS FUTBOL
Desahogo, repiten Lionel Messi, Javier Mascherano y los demás jugadores. Argentina logró evitar el precipicio en el Mundial de Rusia y ahora redobla su apuesta para recuperar su mejor fútbol de cara a los octavos de final ante Francia.
Un golazo de Messi y la definición a falta de cuatro minutos del defensor Marcos Rojo le dieron a la Argentina el 2-1 sobre Nigeria y la agónica clasificación a la fase eliminatoria por el Grupo D en San Petersburgo. No recuerdo tanto sufrimiento, resumió el capitán.
Mascherano, el otro líder del grupo, reconoció que Argentina debe mejorar. Sabíamos la responsabilidad y la situación compleja en la que estábamos y la hemos sacado adelante con nuestras fallas, con nuestras virtudes, con un montón de cosas para corregir pero sobre todo luchando hasta el final, evaluó. Es el premio a no bajar los brazos, a muchas veces pensar que este equipo se caía abajo por la frustración pero se rebeló y es una alegría que hayamos podido dar ese paso, sobre todo en lo psicológico.
Argentina había sufrido para clasificar a Rusia 2018 y, pese a la ilusión, tuvo un inicio del Mundial decepcionante con un empate ante la novata Islandia y una derrota por 3-0 frente a Croacia. La historia reciente, con tres finales consecutivas perdidas, era un lastre pesado y los malos resultados en los amistosos previos habían prendido las luces de alarma.
Pero finalmente ante Nigeria la Albiceleste dio algunas señales de buen fútbol -sobre todo en el primer tiempo- con la resurrección de Messi, muy lejos de esa figura ausente que tuvo ante Croacia, y su conexión con Éver Banega y Enzo Pérez, el desequilibrante ingreso de Cristian Pavón y el coraje de dos defensores, de Gabriel Mercado para convertirse en asistidor y de Rojo para definir cuando la eliminación ya parecía segura.