EE.UU. EXIGE PRUEBAS Y MENOS PROPAGANDA
La oficina del presidente surcoreano Moon Jae-in reveló detalles sobre la histórica cumbre entre los líderes del Sur y el Norte y contó que Pyongyang se comprometió a desmantelar un centro de pruebas nucleares en mayo ante observadores y periodistas extranjeros.
La propuesta del gobierno comunista surgió del compromiso alcanzado entre ambos países el viernes pasado, cuando en la primera cumbre bilateral en 10 años acordaron la desnuclearización de la península aunque sin un cronograma de medidas concretas. Corea del Norte, según Seúl, ofreció clausurar definitivamente el centro en el que realizó sus seis pruebas nucleares en Punggye-ri, en el noreste del país y que el desmantelamiento se haga públicamente para crear confianza con la comunidad internacional en su promesa de desnuclearización.
En ese sentido, el líder norcoreano dijo que invitaría a expertos y periodistas internacionales para presenciar la clausura y desmantelamiento del centro de pruebas nucleares. En un movimiento anterior, interpretado como un gesto hacia la cumbre que se concretó el viernes pasado en la frontera entre ambos países, Kim ya había anticipado ante el Comité Central del Partido de los Trabajadores el pasado 20 de abril, la suspensión de sus pruebas nucleares y de misiles.
Algunos dicen que estamos cerrando instalaciones que están inservibles, pero ya verás que están en muy buenas condiciones, le dijo el líder norcoreano a su par del sur, según el comunicado de Seúl. Kim hizo esta aclaración porque algunos expertos internacionales destacaron en las últimas horas que las instalaciones de Punggye-ri quedaron dañadas tras la sexta (y más potente hasta la fecha) detonación nuclear subterránea realizada en septiembre pasado.
En los últimos meses, el máximo líder norcoreano cambió significativamente el tono de su retórica hacia el mundo. Después de más de un año de pruebas nucleares y misilísticas y de participar de una escalada de amenazas bélicas con su par estadounidense, Donald Trump, Kim se abrió a un diálogo directo con Seúl y Washington.
El viernes, en la histórica reunión con Moon, le hizo una aclaración clave, según contó el comunicado. Aunque tengo mis reservas hacia Washington, la gente verá que no soy el tipo de persona que dispara armas nucleares hacia Corea del Sur, el (Océano) Pacífico o Estados Unidos, le aseguró Kim a Moon. Si nos reuniéramos regularmente con los estadounidenses para cimentar la confianza y ellos prometieran poner fin a la guerra y no invadirnos, ¿para qué mantendríamos entonces un arsenal nuclear y viviríamos en unas condiciones tan duras?, dijo en referencia a las duras sanciones que pesan sobre Pyongyang por su programa atómico.
Estados Unidos mantiene la estrategia de máxima tensión con Corea del Norte. No habrá rebaja de sanciones económicas ni de la presión militar. Esa es la respuesta de la Casa Blanca al anuncio de Kim Jong-un, de que está dispuesto a desmantelar su centro de pruebas nucleares en Punggye-ri, al norte de su territorio. Hasta ahora no hemos oído más que palabras. Queremos tener evidencias, no solo retórica, afirmó el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton.
El asesor presidencial consideró que la congelación de las pruebas nucleares y balísticas norcoreanas era una buena señal, pero insuficiente. Para la Casa Blanca harían falta pasos más concretos, como los logrados a principios de la década pasada en la negociación con Libia. Superamos nuestro escepticismo cuando Libia permitió a observadores británicos y estadounidenses visitar todos sus instalaciones nucleares.
Debe ser algo concreto y tangible. No nos interesa la propaganda de Corea del Norte, dijo Bolton, quien defendió la política de mano dura con Pyongyang.