CON RUSIA Y CHINA EN LA AGENDA
Luego de un primer lustro con mediaciones, viajes y escritos que le fueron otorgando creciente autoridad en la comunidad internacional, el papa Francisco inicia este mes su sexto año como pontífice con dos desafíos que podrían definir a 2018 como el año de la Ostpolitik (del acercamiento de Alemania Federal a Europa del Este) de la Santa Sede: China y Rusia.
Desde su elección el 13 de marzo de 2013, el balance cuantitativo asegura que Francisco escribió dos encíclicas (Lumen fidei en 2013 y Laudato si en 2015); dos exhortaciones apostólicas (Evangelii gaudium en 2013 y Amoris Laetitia en 2016), que hizo 22 viajes fuera de Italia en los que visitó 33 países y que creó 60 cardenales de los cinco continentes.
Embanderado en lo que el jesuita Antonio Spadaro definió como la geopolítica de la misericordia, ya a los pocos meses de su pontificado Jorge Bergoglio dio claves de la importancia que tendría la política internacional para su magisterio.
Su primer viaje fuera de Roma fue en julio de 2013 a Lampedusa, una isla del sur de Italia, donde llegó para iniciar la visibilizar la crisis de refugiados y migrantes, especialmente en el Mediterráneo, que lo tiene como uno de sus grandes denunciantes globales.
Ese mismo año tuvo su primera mediación decisiva a nivel mundial, cuando en ocasión del G20 de San Petesburgo, en momentos en que la intervención militar estadounidense en Siria parecía inminente, Francisco le envió una carta al presidente ruso, Vladimir Putin, en la que le pidió a los líderes mundiales que buscaran una solución pacífica mediante el diálogo y la negociación.
La protección de los cristianos en general que invocó en esa oportunidad, y que repitió luego en cada pedido por Medio Oriente, marca otro de los pilares de su pontificado: el ecumenismo y los avances que ha impulsado en el acercamiento del catolicismo con otras iglesias cristianas, que por ejemplo lo llevaron en 2016 a conmemorar los 500 años de la reforma luterana en Suecia, o a convertirse en febrero de 2017 en el primer pontífice en visitar la Iglesia anglicana de Roma.
En ese marco, el 21 de junio de este año hará una visita de un día a Ginebra, para participar del 70 aniversario del ecuménico Consejo Mundial de Iglesias (CMI), durante el que habrá una jornada dedicada a Siria.
En el ámbito internacional, su irrupción definitiva como mediador fue a fines de 2014, cuando se anunció el inicio del deshielo entre Cuba y Estados Unidos, en el que la diplomacia vaticana en general, y Bergoglio en particular, tuvieron un rol central en absoluto silencio. Nueve meses después, Francisco coronó las negociaciones con una visita a ambos países.
En 2014 pronunció también el primer discurso de lo que se considera su trilogía sobre Europa. En el Parlamento regional en Estrasburgo convocó a los eurodiputados a afrontar juntos la cuestión migratoria y les pidió construir juntos la Europa que no gire en torno a la economía. El segundo acto fue en mayo de 2016, cuando reconoció que sueña con una Europa donde ser migrante no sea un delito, sino una invitación a un mayor compromiso con la dignidad de todo ser humano.