El presidente surcoreano, Moon Jae-in, elevó ayer al nivel de hito histórico a la cumbre acordada para mayo entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano Kim Jong-un, para abordar la desnuclearización de la península coreana, un sorpresivo anuncio recibido con optimismo y cautela por la comunidad internacional.
La reunión de mayo será recordada como un hito histórico que realice la paz en la península coreana, afirmó Moon por medio de un vocero presidencial, luego de que el mandatario estadounidense aceptase anoche mantener una reunión propuesta por Kim a través de la comitiva surcoreana que viajó a Washington tras la cumbre intercoreana en Pyongyang.
La invitación al diálogo del líder norcoreano, que incluye suspender los ensayos armamentistas y discutir su programa nuclear, y la aceptación de Trump cerraron el círculo de dos meses para el asombro, que incluyeron el deshielo intercoreano escenificado en los Juegos Olímpicos de Invierno, el anuncio de una cumbre bilateral en abril y, ahora, la primera reunión en la historia entre mandatarios de Estados Unidos y Corea del Norte.
La súbita distensión contrasta con la escalada verbal de alto voltaje que hasta el año pasado sostuvieron Kim y Trump y que elevó la tensión en la región y en Occidente, a raíz de las pruebas nucleares y con misiles de Pyongyang que derivaron en fuertes sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Si Trump y Kim se reúnen en mayo tras la cumbre intercoreana, una desnuclearización completa de la península coreana se pondrá en serio por el buen camino, confió ayer Moon, tal vez el mayor impulsor del acercamiento entre Washington y Pyongyang.
Moon, que precisamente cumplirá en mayo un año en el poder, viene haciendo equilibrio desde que llegó a la Casa Azul para propiciar un acercamiento con sus vecinos del Norte mientras fortalece su alianza con Washington, que posee casi 30.000 soldados en su país y que durante 2017 tensó al máximo la relación con Pyongyang.
Por eso no sorprendió que el mandatario surcoreano resaltara el liderazgo de Trump en el conflicto, al vaticinar que recibirá elogios de los pueblos, no solo de las dos Coreas sino también de todo el mundo, de quienes desean la paz por aceptar el convite de Kim, según informó la agencia de noticias surcoreana Yonhap.
Con su audaz decisión, Trump puede cosechar elogios como el de Moon y jactarse de que su política de máxima presión sobre Corea del Norte dio resultados.-