POR EL INTENTO DE FEMICIDIO CONTRA ROMINA CASTRO
El fiscal Dr. Alejandro Bosatti se hallaba elaborando el escrito que será presentado ante el Juzgado de Control, al encontrar elementos suficientes que ameritan la nueva revista del encartado, quien actualmente se halla imputado por Homicidio doblemente agravado por la condición de la víctima y por violencia de género, en grado de tentativa o intento de femicidio.
Hasta el momento el agente fiscal ya recepcionó declaraciones testimoniales puntuales, tal como el caso de la víctima, del imputado, y de vecinos que presenciaron de una otra forma aquel episodio, con lo que reunió un abundante caudal de pruebas.
Asimismo, evaluó la declaración testimonial de Mamaní Luzcubir, quien no negó su participación del hecho, pero sí subrayó que actuó bajo los efectos de un estado psicóticos, para lo cual aportó informes psiquiátricos a los que se venía sometiendo desde que fuera licenciado por enfermedad desde el Servicio Penitenciario de Jujuy donde se desempeñaba.
En esa condición, el abogado de éste había analizado la posibilidad de pedir su excarcelación, lo cual hasta el momento no se produjo, posibilidad que se aleja por cuanto ya se está pidiendo la prisión preventiva.
Cabe señalar que hace pocos días, Romina Castro había expresado tras recibir el alta médica, estuve viviendo seis meses de persecución y violencia por parte de esta persona quien no desistía, no me dejaba en paz.
Aclaraba, no teníamos nada que ver, sin embargo me acosaba en todo momento y todos los hechos fueron denunciados en la jurisdicción porque fueron en diferentes lugares.
En ese sentido, conviene citar que el sujeto tenía una restricción perimetral, la cual no era respetada, por ello se le cierran toda eventualidad de una excarcelación.
Aquella noche del 20 de setiembre, Castro se disponía a guardar su vehículo en el garaje, pero porque debía cargar su celular volvió a su departamento siendo seguido de manera sigilosa por Mamaní Luzcubir, quien la sorprendió en la puerta.
Allí es cuando a menos de un metro de distancia le efectuó alrededor de diez disparos, de los cuales tres impactaron en ella.
Uno de ellos en el brazo derecho, que es el que la voltea, la víctima se levanta e intenta escapar para dirigirse al departamento de su madre que reside al lado, recibiendo otros dos balazos.
Uno queda alojado en el pulmón y el otro sobre el costado derecho del cuerpo, alojado en un músculo. Otros proyectiles quedaron incrustados en la pared del edificio.
Los proyectiles que quedaron alojados en su cuerpo, por suerte no comprometieron órganos vitales.
Un testigo escuchó decir que cuando vio subir al agresor, éste gritó a unos chicos que jugaban en los pasillos de los monoblock, váyanse porque sino los coheteo a todos.