El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, presentó ayer una propuesta de reforma tributaria para reducir o compensar impuestos sobre la producción y la actividad empresarial, con la que espera crear empleos y atraer inversiones, mientras busca mayor equidad del sistema con cambios en gravámenes como el de transferencia de inmuebles.
Confiamos en enviar esta iniciativa dentro de dos semanas al Congreso, y lograr su rápida aprobación, dijo Dujovne, en conferencia de prensa.
El gobierno calculó un costo fiscal de la reforma propuesta de 1,5 puntos del PBI en cinco años, que se suma a los 2 puntos ya resignados desde 2016, explicó el ministro.
Sin embargo, gracias a la reforma bajará la evasión y crecerá más rápido la economía -en 0,5 por ciento del PBI adicional por año durante al menos 5 años-, con lo que el impacto será para el Tesoro Nacional solamente de 0,3 por ciento del PBI a la vez que aumentará los recursos coparticipados a las provincias, aseguró.
Entre las medidas, se destaca una reducción en cuatro años, del 35 al 25 por ciento en 2021, del Impuesto a las Ganancias que no se distribuyan, así las empresas tendrán mayores incentivos a reinvertir las utilidades.
El aumento de la inversión es fundamental para el crecimiento que venimos teniendo este año, y el próximo, se extienda en el tiempo, destacó Dujovne, quien destacó que Argentina tiene una de las alícuotas del Impuesto a las Ganancias corporativas, más altas de la región.
Además, habrá una devolución anticipada de los saldos a favor del IVA para las empresas que hagan inversiones y no hayan recuperado esos montos en seis meses.
Para reducir el costo de contratación de los trabajadores menos calificados y para promover su ingreso al mercado formal, se prevé que los contratos menores a 12.000 no paguen contribuciones patronales, y las sumas superiores, pagarán de manera proporcional al excedente.
También se busca reducir, o directamente hacer neutro, el efecto de lo que se domina impuestos en cascada como el de débitos y créditos bancarios, conocido como el impuesto al cheques, y el de Ingresos Brutos.
Así, el gravamen a los débitos y créditos bancarios, se podrá deducir del Impuesto a las Ganancia de manera creciente para alcanzar a su totalidad dentro de cuatro años.
Hablaremos con los gobernadores para alcanzar un acuerdo y lograr una rebaja, anunció Dujovne al referirse a los impuestos sobre los Ingresos Brutos y los Sellos, dos de las principales fuentes de recursos de las provincias.
Todas estas modificaciones, deben hacerse de manera gradual para que tanto gobiernos provinciales, como las empresas puedan tener conocimiento, de cuáles serán sus ingresos y pagos, dijo el Ministro.
Por contrapartida, y por primera vez, se gravarán las rentas financieras a personas físicas, con una tasa del 5 por ciento a las ganancias mayores a 52.000 pesos en plazo fijos.
Entre las subas tributarias, también se prevé elevar las cargas impositivas para las bebidas azucaradas, del actual nivel de entre 4 y 8 por ciento al 17 por ciento; para los vinos y las sidras, a 10 por ciento de manera gradual; las cervezas, del 8 al 17 por ciento, y el whisky y otras bebidas blancas, del 20 al 29 por ciento.
Sin embargo, Dujovne aseguró que estos incrementos se compensarán con la baja de costos que tendrán las empresas por el nuevo esquema impositivo que, según confió, se trasladarán a los precios.
Otra de las propuestas en busca de un sistema más equitativo es la eliminación del 1,5 por ciento del impuesto a la transferencia de inmuebles (ITI) e introducción de un impuesto a la ganancia de capital realizada con la venta de un segundo inmueble no destinados a casa-habitación.
Esta modificación reducirá los costos de acceso a la vivienda y fomentará la formalización de la actividad inmobiliaria, consideró el ministro.
El Ejecutivo propone, además, la modificación del impuesto a los combustibles para que el nivel del gravamen dependa de la cantidad de dióxido de carbono que emitan las empresas.