EN EL CASO SANTIAGO MALDONADO
El presidente Mauricio Macri afirmó ayer que el gobierno nacional está al servicio de la Justicia en el caso de Santiago Maldonado sin prejuzgar ni descartar ninguna línea de investigación, en una jornada en la que por primera vez testigos mapuches ratificaron, a cara descubierta, las declaraciones que hicieron a la Justicia Federal de Esquel, en el sentido de que al joven desaparecido se lo llevó la Gendarmería el 1´ de agosto durante un operativo en el noroeste de Chubut.
El juez (federal Guido Otranto) y la fiscal (Silvina Ávila) tienen todo el apoyo para seguir con la investigación, dijo Macri, al ser consultado por la prensa sobre la desaparición de Maldonado, durante una ceremonia de inauguración de obras de un viaducto en la Ciudad de Buenos Aires.Además, pidió mantener una posición de prudencia, alejada de cualquier manifestación prejuiciosa o violenta e insistió en que el Gobierno está al servicio de la Justicia para que se esclarezca el hecho, sin prejuzgar ni descartar ninguna línea (de investigación) y colaborando como corresponde en un Estado democrático.
Estoy preocupado y ocupándome todos los días de ver qué novedades hay y apoyar a la Justicia, aseveró el mandatario en referencia a Maldonado, el joven visto por última vez el pasado 1´ de agosto durante un operativo de la Gendarmería en la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia de Cushamen, en el noroeste de la provincia de Chubut, según declaraciones de testigos ante la Justicia Federal de Esquel.
Precisamente testigos de la comunidad mapuche que hicieron esas declaraciones ante fiscales federales y esta mañana ante el juez Otranto, luego las expusieron ante los medios en la ciudad de Esquel a la que acudieron a cara descubierta y en la que por primera vez revelaron sus identidades.Los gendarmes entraron a la comunidad tratando de cazar a un mapuche. No somos terroristas ni delincuentes, nos persiguen hace mucho. (Maldonado) es un compañero pacifista, anarquista, que estaba en el territorio y defendió nuestros ideales hasta lo último, dijo el testigo Matías Santana a periodistas.Todos sostuvieron que la Gendarmería concretó un desalojo violento de la protesta de integrantes del Pu Lof en la ruta 40 el 31 de julio, y que al día siguiente, el 1 de agosto, la represión se trasladó de la ruta hacia el campo de unas 600 hectáreas en el que tienen sus viviendas.
Los gendarmes entraron a la comunidad con una balacera y muchos mapuches cruzaron el río Chubut para escapar y que Maldonado se metió en el río, pero volvió y se quedó escondido, contó Santana.
Escuché gritos y vi a tres gendarmes que arrastraron a alguien y lo empezaron a golpear en el piso. Me di cuenta de que era Santiago porque tenía la campera celeste que yo le presté esa mañana, puntualizó.
A su vez, la testigo Nelly Garay, quien había sido detenida por Gendarmería junto a otros miembros de la comunidad el mismo día, pero en la ruta 40 y demorada varias horas, dijo que habló con ella quien se hallaba al mando del operativo, Pablo Noceti, jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad de la Nación.
Hable con él, le pregunté quién era y me dijo su nombre y que estaba a cargo. Entonces, le pedí explicaciones de por qué nos tenían demoradas desde las 11, por qué nos retenían la documentación, pero se fue, aseguró, y añadió que al volver a la comunidad le contaron que se habían llevado a Maldonado.
Esa mañana había estado tomando mate con él, yo no conocía su nombre pero lo había visto desde que se acercó y charlamos mucho, a cara descubierta. No hay forma de equivocarse, era él, con el cabello largo, las rastas y la barba, relató.