El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respondió con amenazas y un repudio contundente a la nueva prueba nuclear que realizó el gobierno comunista de Corea del Norte, y afirmó que está considerando suspender todo el comercio con cualquier país que haga negocios con Pyongyang, una advertencia directa a China.
Trump además fue ambiguo al referirse a un posible ataque preventivo estadounidense y cuando un grupo de periodistas le preguntó si esto era una opción que analiza, simplemente respondió: Ya veremos, informó la agencia de noticias EFE.
El mandatario hizo esta declaración al salir de una iglesia en Washington y antes de dirigirse a la Casa Blanca, donde, contó, lo esperaban su jefe de gabinete y militar retirado, John Kelly; su secretario de Defensa y también oficial retirado, James Mattis, y otros jefes castrenses para discutir sobre Corea del Norte.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Steve Mnuchin, confirmó la posibilidad adelantada por el mandatario e informó a la prensa que prepara un nuevo paquete de sanciones que incluirían a cualquiera que quiera comerciar o hacer negocios con ellos, en referencia a Corea del Norte. Mnuchin añadió que, según estas nuevas sanciones, Washington impedirá el comercio con Pyongyang o prohibirá que sus socios hagan negocios con Estados Unidos.
La primera reacción que tuvo el mandatario ayer fue la de calificar la nueva prueba nuclear norcoreana como muy hostil y peligrosa para Estados Unidos.
Después, aprovechó para criticar la posición más dialoguista de Corea del Sur y China.
Corea del Norte es un país que está fuera de la ley y se ha convertido en una gran amenaza y vergüenza para China, que está intentando ayudar pero con muy poco éxito. (...) Corea del Sur está descubriendo, como les dije, que su discurso de distensión con Corea del Norte no funcionará, ¡sólo entiende una cosa!, escribió el mandatario en dos tuits.
Esta no es la primera vez que Trump desliza la posibilidad de un ataque militar contra Corea del Norte.