TRUMP ANUNCIÓ ESTRATEGIA MILITAR
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció su tan esperada estrategia militar para Afganistán y los principales medios del país con aumento de las tropas, después de más de 15 años de la invasión que siguió a los atentados del 11 de septiembre de 2001 y dos años y medio después de que Barack Obama decretara el fin de la guerra.
El anuncio presidencial se efectuó en la base del Ejército en Fort Myers, en el estado de Virginia, y, según el diario The New York Times, la nueva estrategia se centrará en un aumento de 3.900 soldados, una lista de exigencias a sus socios de la OTAN, que mantienen un contingente en Afganistán, y de las fuerzas de seguridad locales, y una mayor presión a Pakistán, un aliado de Washington que, sin embargo, sirve de base históricamente para los talibanes insurgentes.
Tanto el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, como otros influyentes jefes militares habían abogado por incrementar la presencia militar de Estados Unidos en el país, lo que significará un giro importante con respecto a la estrategia diseñada por Obama, quien declaró unilateralmente el fin de la guerra a finales de 2014, pero se vio obligado a mantener un contingente militar limitado en Afganistán ante los constantes combates y atentados en todo el país.
Estados Unidos mantiene actualmente 8.400 militares en ese país de Asia Central.
Según los principales medios estadounidenses, Trump abandonará la aspiración de una retirada total inminente, que siguió defendiendo Obama hasta el último día de su mandato, pero enmarcará su estrategia militar en la llamada guerra mundial contra el terrorismo islamista y ya no en una intervención estadounidense que ya lleva casi 16 años.
Por otra parte, Mattis adelantó hace unos días que la nueva estrategia tendrá un enfoque regional, mientras que otras fuentes del Pentágono hablaron de una estrategia para el sur de Asia, recordó la agencia de noticias DPA.
El gobierno de Trump ha acusado a Pakistán de abrir sus fronteras e, inclusive, de apoyar al movimiento insurgente talibán, lo que les otorga un refugio de los constantes combates en territorio afgano y les permite escapar a los avances de las fuerzas estadounidenses.
Además, la estrategia de Trump incluiría, según The New York Times, límites a la ayuda financiera que recibe el gobierno afgano. La Casa Blanca quiere condicionarla a que Kabul establezca estándares más estrictos para perseguir y erradicar la corrupción estatal, un problema endémico en el devastado y empobrecido país.