VIOLENCIA EN MEDIORIENTE
La decisión israelí de reforzar las restricciones para el acceso a la Explanada de las Mezquitas derivó ayer en violentos enfrentamientos, en los que tres palestinos murieron en los territorios ocupados de Jerusalén Este y Cisjordania, mientras que tres israelíes también perdieron la vida en un ataque con arma blanca en una colonia judía.
Tras el estallido de la violencia en las inmediaciones de la Ciudad Vieja, el presidente palestino, Mahmud Abbas, anunció la suspensión de los contactos con Israel, luego de instar a Estados Unidos a intervenir de manera urgente para que Tel Aviv elimine las restricciones.
Según informó el digital israelí Ynet, en conversación telefónica con el yerno y asesor del presidente, Jared Kushner, Abbas explicó la gravedad de la crisis a su interlocutor y le solicitó el compromiso de Estados Unidos para lograr que Israel se retire de la zona antes de que la situación de salga de control.
Los palestinos consideran que el refuerzo de de las medidas de seguridad suponen un nuevo de intento de Israel por apropiarse del lugar, donde está ubicada la mezquita de Al Aqsa y que es sagrado para ambas religiones.
La tensión comenzó a sentirse ayer cuando miles de musulmanes se acercaron a las inmediaciones del recinto y se negaron a atravesar los detectores de metales instalados por Israel esta semana, tras un ataque contra policías ocurridos dos días antes.
Los disturbios se replicaron en varios barrios de Jerusalén Este y en algunas de localidades de Cisjordania, incluidas Qalandia, Hebrón, Belén y Tulkarem.
El primer palestino muerto fue un adolescente de 18 años, Muhammad Mahmoud Sharaf, informaron la agencia de noticias EFE y la palestina Maan, citando fuentes médicas.
Sharaf era oriundo del barrio de Silwan, y según Maan, que cita declaraciones de testigos presenciales, murió a manos de un colono israelí, de quien recibió un tiro en el cuello.
Otro palestino, Muhammad Abu Ghanam, falleció en el hospital al-Makassed después de haber sido herido por fuerzas policiales israelíes. Abu Ghanam, de 20 años, residía en el barrio de al-Tur y cursaba segundo año en la universidad Birzeit.