El fiscal Gastón Larramendi adujo riesgo ambiental al solicitarle a la jueza Andrea Rodríguez Mentasti el desalojo de la fábrica del partido bonaerense de Vicente López, que los trabajadores tomaron el 26 de junio tras la decisión de Pepsico Argentina de cerrar esa planta y trasladar sus operaciones a Mar del Plata.
El gobierno justificó el desalojo violento a la planta y afirmó que no puede intervenir en una decisión empresarial, mientras que referentes políticos de la oposición repudiaron el accionar de las fuerzas de seguridad y denunciaron represión.
A raíz del operativo en la planta fabril de Posadas al 1200, unas 21 personas, entre trabajadores y efectivos, resultaron heridas y otras 3 fueron detenidas tras los incidentes entre la policía y los operarios que resistieron el desalojo.
Fuentes del ministerio de Seguridad bonaerense informaron que 15 policías fueron evaluados por lesiones de carácter leve y una agente de la Infantería, identificada como Natalia Soledad Almeyda, sufrió fractura expuesta de tibia y peroné en la pierna derecha, producto de una piedra arrojada desde el techo de la fábrica, y quedó internada en observación.
Las mismas fuentes oficiales precisaron que tres personas fueron detenidas, entre ellas un hombre al que se identificó como quien arrojó la piedra que hirió a la agente de policía.
En tanto, Néstor Pitrola, ex diputado del Partido Obrero, dijo que cinco trabajadores resultaron con heridas leves, entre ellas uno con un balazo de goma en la cara y confirmó que tres personas fueron detenidas y luego liberadas.
Más de 300 agentes de la Gendarmería Nacional y la Guardia de Infantería de la Policía bonaerense intervinieron en el operativo de desalojo que comenzó a las 8.20, cuando arremetieron con escudos, gases lacrimógenos y balas de goma contra los trabajadores que rodeaban la puerta de la fábrica.
Luego de superar el bloqueo que habían montado el grupo de despedidos, los efectivos desmantelaron también los gazebos que habían instalado los manifestantes en la planta de Pepsico.
Los trabajadores se trasladaron al interior de la fábrica y desde los techos arrojaron piedras, bancos pintura y otros objetos contundentes a los uniformados.
Finalmente los efectivos fueron en búsqueda de las personas que estaban en los techos y terminaron de cumplir con la orden judicial de desalojar por completo el predio fabril.