TRAS 36 AÑOS DE CÁRCEL
El independentista puertorriqueño Óscar López Rivera, considerado el preso más antiguo del mundo y el Mandela latinoamericano, quedó ayer en libertad tras pasar 36 años encarcelado en Estados Unidos, los últimos meses bajo arresto domiciliario en San Juan, la capital de la isla boricua.
López Rivera nació en 1943 en Puerto Rico. Fue veterano en la guerra de Vietnam defendiendo la bandera de EE.UU., donde fue condecorado por su valor en combate. Tras su retorno a Chicago, lugar de residencia de su familia, se integró a la lucha y defensa de los derechos a la independencia de los puertorriqueños.
En 1981 fue detenido por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) acusado de conspiración y por haberse integrado a la lucha clandestina en favor de la independencia de Puerto Rico como miembro de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN).
Al momento de su captura reclamó para sí la condición de prisionero de guerra, amparado en el Protocolo de la Convención de Ginebra de 1949, que reconoce tal condición en caso de personas detenidas en conflictos y luchas contra la ocupación colonial.
El reclamo fue ignorado por el gobierno de Estados Unidos, que le condenó a 55 años de prisión federal. Luego de fabricarle en prisión un caso de intento de fuga, la pena impuesta se convirtió en una sentencia de 70 años, 12 de los cuales los pasó en aislamiento total, recordó Telesur.
López cumplió 36 años en la cárcel. Era el único de los 13 militantes del FALN arrestados en aquellos años que seguía cumpliendo condena.
El ex presidente estadounidense Bill Clinton en 1999 le ofreció un indulto condicional. La oferta fue hecha a 13 miembros que aceptaron, pero López Rivera la rechazó. Para él la oferta presidencial incluía la condición de cumplir 10 años más en la cárcel con buen comportamiento.
El 18 de junio de 2012, el Comité de Descolonización de la ONU aprobó una resolución promovida por Cuba, como lo venía haciendo en los últimos 30 años, en la que pedía que se reconozca el derecho a la independencia y autodeterminación de Puerto Rico e instaba a la liberación de los independentistas prisioneros en Estados Unidos.
El proyecto de resolución había sido apoyado por Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, y fue adoptado por consenso por el Comité de Descolonización. El gobierno de Estados Unidos nuevamente hizo caso omiso a la resolución.
López, de 74 años, acudió al Tribunal Federal de la capital puertorriqueña donde se le retiró un aparato electrónico con el que controlaban sus movimientos y firmó la documentación correspondiente.