Respaldados por el presidente palestino, Mahmud Abbas, más de 1.500 presos palestinos en cárceles israelíes empezaron ayer una huelga de hambre por tiempo indefinido para demandar mejores condiciones de detención, mientras que Israel rechazó la medida de fuerza y anunció que se prepara para imponerles una alimentación forzosa.
Convocados por el carismático líder de Al Fatah encarcelado hace años, Marwan Barghouti, la medida comenzó en la medianoche local, coincidiendo con el Día Nacional de Solidaridad con los Presos Palestinos, que se celebra cada 17 de abril desde 1974, con el fin de exigir el aumento del régimen de visitas, el fin del aislamiento y del régimen de detención administrativa.
El sistema, implantado en el entonces protectorado de Palestina por la potencia colonial. Reino Unido, antes de la Segunda Guerra Mundial, permite a las fuerzas de seguridad retener personas sin cargos, sin juicio, y por períodos que se renuevan indefinidamente a voluntad de las autoridades policiales.
En medio de la huelga, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abbas, le pidió a la comunidad internacional que reaccione.
La situación está destinada a empeorar si el gobierno israelí persiste en negarles sus derechos básicos y tratarlos con dignidad como exigen los acuerdos internacionales, en particular la Cuarta Convención de Ginebra, advirtió el mandatario palestino en un comunicado.