El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, urgió ayer a las llamadas ciudades santuario a volver a colaborar con las autoridades federales para detener y deportar a los inmigrantes indocumentados.
Cuando las ciudades y los estados se niegan a ayudarnos a hacer cumplir nuestras leyes, nuestro país es menos seguro. Esas políticas no pueden continuar, afirmó Sessions, que apareció por sorpresa en la rueda de prensa diaria de la Casa Blanca.
No deportar a los inmigrantes que han sido condenados por crímenes pone a todas nuestras comunidades en riesgo, añadió el fiscal general.
Chicago, Los Ángeles, Miami, Houston, Nueva York y Washington D.C. son algunas de las 200 ciudades santuario que se estima hay en Estados Unidos, llamadas así porque habilitan la llegada de inmigrantes indocumentados y evitan iniciar acciones legales contra estos.
El nuevo gobierno estadounidense del presidente Donald Trump ha hecho del combate a la inmigración ilegal una de sus prioridades, y ha tratado de reducir el presupuesto federal destinado a esas jurisdicciones si se niegan a perseguir y arrestar a los indocumentados.
Sessions anunció que los estados, condados y ciudades que busquen subvenciones del Departamento de Justicia tendrán que mostrar que cumplen con las leyes federales y persiguen a los inmigrantes que han cometido crímenes o que llegaron al país de manera irregular.
Las subvenciones del Departamento de Justicia incluyen fondos para el entrenamiento de la policía local y partidas económicas para la adquisición de nuevo equipo, como cámaras corporales que los agentes llevan en sus uniformes.
Simplemente hemos llegado al final de esta política, dijo Sessions, citado por la agencia de noticias EFE.
Trump firmó en enero un decreto para resucitar los programas de cooperación entre la policía local y las autoridades migratoria y para interrumpir la concesión de ciertos fondos federales a las llamadas ciudades santuario.
Líderes de estas ciudades santuario, como el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, han rechazado las propuestas de Trump y han asegurado que sus ciudades seguirían siendo un santuario.
INTERROGACIÓN
Washington,-La Comisión de Inteligencia del Senado citó a Jared Kushner, yerno del presidente estadounidense Donald Trump, para interrogarlo en el marco de su investigación sobre los vínculos entre los asesores del mandatario y funcionarios rusos, dijo una funcionaria del Congreso.
La citación, que fue anticipada por la edición de ayer del diario The New York Times, fue confirmada por Rebecca Glover Watkins, portavoz del presidente de la Comisión de Inteligencia, el republicano Richard Burr, informó la agencia de noticias Reuters.
Kushner, asesor de Trump durante su campaña y luego en la Casa Blanca, sería la persona más cercana al presidente en ser interrogado en las investigaciones del Congreso sobre el presunto rol de Rusia para favorecer un triunfo de Trump en las elecciones de 2016.