Hungría encerrará a los refugiados

Hungriacutea encerraraacute a los refugiados

Hungría encerrará a los refugiados

El gobierno húngaro  empezará a aplicar desde hoy una  cuestionada ley que permite internar a los solicitantes de asilo  en centros cerrados durante todo  el tiempo que dure la tramitación  de sus peticiones, una norma que  ha sido criticada por las Naciones  Unidas.

La ley, aprobada por el Parlamento el pasado 7 de marzo, establece que los demandantes que  llegan hasta la frontera húngara  tienen que presentar sus solicitudes en las llamadas zonas de tránsito, en las que quedarán retenidos hasta que se resuelva el proceso.

“La meta del endurecimiento de  la ley es que los inmigrantes cuya  situación no está clara no puedan  moverse libremente por el territorio del país y de la Unión Europea  (UE), para disminuir el riesgo de  seguridad que causa la inmigración”, recordó recientemente el  Ministerio de Interior húngaro en  un comunicado.

Las Naciones Unidas, a través  de sus agencias de refugiados,  Acnur, y de protección de la infancia, Unicef, ha criticado esta  legislación, que salió adelante  gracias a la mayoría absoluta del  partido del gobierno, el conservador Fidesz, con el apoyo del ultranacionalista y xenófobo Jobbik.

Acnur ha denunciado que esta  medida “viola las obligaciones de  Hungría con respecto al derecho  internacional y las normas de la  Unión Europea (UE)”, mientras  que Unicef ha advertido que “es  traumático detener a niños refugiados e inmigrantes que huyen  de la violencia y la persecución y  buscan una vida mejor”.

Además Amnistía Internacional  y el Comité Helsinki han alertado  de que la ley niega la protección  infantil a los menores de entre 14  y 18 años, algo “sin precedentes  en Europa”, informó la agencia  de noticias EFE.

“Nadie puede entrar ni circular  libremente por Hungría sin que se  aclare su identidad y sus intenciones”, declaró recientemente el  primer ministro, Viktor Orbán,  que desde hace dos años viene  endureciendo un discurso que  apunta contra la inmigración y los  refugiados, hasta el punto de relacionarlos con el terrorismo.

El Ministerio de Interior ha informado de que las dos zonas de  internamiento que se crearon en  las localidades de Röszke y Tompa, junto a la frontera con Serbia,  tienen una capacidad para 100  personas, pero que se podrán ampliar.

El gobierno ha anunciado que  invertirá 123 millones de euros en  ampliar esas “zonas de tránsito” y  en una segunda valla antirrefugiados en la frontera con Serbia,  donde ya instaló una alambrada  en septiembre de 2015, cuando  cientos de miles de refugiados  cruzaban Hungría camino de países más ricos, como Alemania o  Suecia.

Esta segunda valla estará equipada con cámaras de vigilancia y  termográficas y dispone cada 15  centímetros de unos sensores que  activan una alarma cuando se toca.


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