Bolivia impondrá desde febrero de 2017 un tributo de 100 bolivianos (unos 15 dólares) a turistas que ingresen a Bolivia por vía aérea, informó ayer el viceministro de Turismo, Joaquín Rojas.
El cobro de 30 bolivianos (4 dólares) a los turistas que lleguen a Bolivia por vía terrestre fue diferido, por razones operativas, al 2019.
La Ley de Creación del Fondo de Fomento, Promoción y Facilitación del Turismo y Contribución Especial permitirá financiar la elaboración e implementación de planes, programas y/o proyectos para promocionar Bolivia en el exterior, según el texto de la norma.
El tributo a los turistas que llegan por vía aérea será incluido en el billete de avión, señaló Rodas que agregó que nos hemos dado dos años para implementar (el cobro) en el ingreso por vía terrestre.
Están exentos de este pago los diplomáticos y personal de organismos extranjeros, las tripulaciones de las aerolíneas y los menores de dos años, según la norma.
RACIONAMIENTO DEL AGUA
La Paz,-El racionamiento de agua potable que comenzó hace dos meses en La Paz se amplió ayer a todos los barrios de El Alto, la segunda ciudad más poblada de Bolivia.
La Empresa Pública Social del Agua y Saneamiento (EPSAS) reportó que habrá racionamiento por varias horas y baja presión en la distribución de agua potable en 14 distritos de El Alto, ciudad de más de un millón de habitantes.
La sequía que afecta al occidente boliviano provocó la evaporación del 90 por ciento del caudal que tenía la represa Hampaturi, desde donde se distribuye agua a barrios de las ladera este y sur de La Paz, una ciudad con unos 800.000 habitantes.
El corte de agua comenzó el 8 de noviembre pasado y no hay indicios de que se normalice la provisión por redes a unos 94 barrios de la sede de Gobierno de Bolivia.
Lagunas secas y represas en sus niveles más bajos son el resultado de la evaporación acelerada causada por la escasez de lluvias y el calentamiento global que acechan al país, destacó un informe del Ministerio de Medio Ambiente y Agua.La Paz y El Alto tienen tres reprsas que están diseñadas para recibir agua del deshielo de los nevados que rodean las dos ciudades andinas.
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