Bandidos asaltaron con armas de fuego una carnicería de la ciudad de San Pedro, sorprendiendo al propietario y clientes, llevándose un botín de más de 500 mil pesos no sin antes causales lesiones a la víctima para que les entregue el dinero.
Ayer, tres sujetos armados irrumpìeron en un matarife ubicado sobre calle Alberdi de esta ciudad, obligando al dueño a que le diera la recaudación de días anteriores. Al parecer los sujetos tenían y manejaban buena información al respecto.
Las pesquisas no descartan que pudiera haber un entregador. Los ladrones se habrían llevado más de medio millón de pesos y habrían aprovechado el momento en que estaba sólo cuando recién abría el negocio, ya que el mismo cuenta con un plantel de más de diez empleados, quienes ingresan pasadas las 06:30 horas.
El hecho se registró entre las 06:00 y 06:10 de la mañana de ayer sábado, ingresando tres sujetos que se mezclaron entre otros clientes que estaban esperando ser atendidos. Uno de los dueños de la carnicería Anzoátegui, ubicado en una esquina de la calle Alberdi, fue sorprendido por uno de los sujetos que portaba un arma de fuego.
Este le exigió la entrega de divisas, mientras que otro de los cómplices redujo a cuatro clientes, entre ellos una mujer con un bebé en brazos, y un tercero hacía de campana en la puerta.
La víctima no se habría resistido, pero igual lo golpearon y terminé cediendo a las amenazas, entregando una suma que superaría el medio millón de pesos, producto de la recaudación de los días jueves y viernes (feriados) y por el hecho de que no había bancos, no pudieron ser depositados y estaban en una caja del negocio.
El damnificado, identificado como W. A., mayor de edad, se presentó en la sede policial de la Brigada de Investigaciones donde radicó la denuncia. Personal de esta dependencia, con directivas de su jefe, el Subcomisario Daniel Cruz, designó varias comisiones para recolectar datos y continuar con las averiguaciones a fin de dar con los autores.
El denunciante habría manifestado que como es habitual, él llega primero al negocio para ir acomodando los equipos, después lo hacen sus hermanos y los empleados. Fue en ese ínterin que llegaron los tres delincuentes, quienes se colocaron en lugares estratégicos. Los tres habrían estado armados y a cara descubierta, quienes una vez consumado el atraco se dieron a la fuga con rumbo desconocido, no pudiendo advertir los testigos sin en las afueras lo aguardaba algún rodado para concretar el escape.
Trascendió que a uno de los dueños le colocaron una pistola en la cabeza y que a los clientes los obligaron a arrojarse el piso para concretar el asalto. Precisamente el amenazado habría sido atendido después por una ambulancia del Same y conducido al Hospital Paterson, presa de una crisis de nervios dado el momento soportado.
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