Un atacante suicida detonó ayer un camión bomba al sur de Bagdad y mató al menos a 70 personas, la mayoría peregrinos chiitas que regresaban de celebrar una fiesta musulmana, en un atentado reivindicado por el Estado Islámico (EI) en medio de una ofensiva contra Mosul, principal bastión del grupo islamista en Irak.
El ataque contra los peregrinos cerca de la ciudad de Al Hillah, a 100 kilómetros de Bagdad, llegó un día después de que fuerzas que combaten al EI en el norte de Irak anunciaran haber cortado todas las rutas que van a Mosul, aislando al grupo extremista dentro de la ciudad en espera de la batalla final para liberarla.
La fuerte explosión ocurrió en una estación de servicio en la que estaban estacionados varios colectivos en los que cientos de fieles se trasladaron para conmemorar la fiesta religiosa de Arbaeen, que pone fin a un período de 40 días de luto tras el aniversario de la muerte del nieto del profeta Mahoma, el imán Husayn.
En un comunicado difundido a través de la agencia de noticias Amaq, el grupo extremista asumió la autoría del ataque contra el grupo de visitantes renegados, término que el grupo sunnita emplea para designar a los chiitas.
En la nota, el grupo dejó en claro que el ataque era en respuesta a la ofensiva contra el grupo y advirtió que las llamas de la batalla de Mosul los alcanzarán en Bagdad, Kerbala y Nayaf, ciudades, estas dos últimas, consideradas sagradas por los chiitas, informó la agencia de noticias EFE.
Según el Comando Conjunto de Operaciones de Bagdad, la explosión fue provocada por un camión cisterna cargado con 500 litros de nitrato de amonio, un compuesto químico que se utiliza en muchos dispositivos explosivos.
El jefe del Comité de Seguridad de la provincia de Babilonia, Falah al Radhi, informó que varios colectivos fueron blanco del ataque en el que al menos 70 personas murieron, menos de 10 son iraquíes, el resto iraníes, que conformaban el mayor contingente de extranjeros dentro de la peregrinación.
Fuentes de la investigación detallaron que el conductor del camión bomba estaba siguiendo los movimientos de los peregrinos, que se detuvieron en una estación de servicio en la zona de Al Shumli, en el este de Al Hilla, para cargar combustible y comer.
El atacante suicida eligió un lugar que carece de medidas de seguridad, a diferencia de la ciudad santa de Kerbala, donde las autoridades iraquíes habían desplegado un amplio operativo de seguridad para proteger a los peregrinos de posibles ataques del grupo extremista.
El EI, que viene perdiendo terreno en Mosul, ha llevado a cabo una serie de atentados desde que el mes pasado las fuerzas iraquíes lanzaron una campaña para recuperar esa ciudad, desde la cual Abu Bakr Al Baghdadi, el líder del grupo, proclamó su califato en junio de 2014.
Las fuerzas iraquíes y kurdas lanzaron el pasado 17 de octubre una ofensiva para intentar recuperar el control de la provincia de Nínive y su capital, Mosul.
Aviones de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos también intervienen en la ofensiva.
Las fuerzas conjuntas han avanzado en todos los frentes hacia Mosul y han irrumpido en su parte oriental, donde retomaron el control de algunos barrios.
El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, visitó el frente de batalla al sur de la ciudad y el aeropuerto militar de Tel Afar, donde se reunió con líderes de las milicias chiitas Multitud Popular.
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