Esta decisión marca una primera gran victoria para el ex presidente islamista, quien desde hace tres años enfrenta numerosos procesos judiciales en su contra, que incluyeron otras dos condenas a prisión perpetua diferentes y una sentencia de 20 años de cárcel.
Mursi, derrocado en julio de 2013, recibió la pena capital por urdir su fuga de la cárcel de Wadi Natrun en junio de 2015, en una causa en la que también fueron sentenciados a la horca otros 108 acusados, en su mayoría miembros o simpatizantes de los Hermanos Musulmanes.
Ya se va a sacar el uniforme rojo de los detenidos condenados a muerte, celebró uno de sus abogados, Abdel Moneim Abdel Maqsoud, en declaraciones a la cadena France 24.
El tribunal aceptó ayer el recurso presentado por el derrocado mandatario -que de esta forma evitará la horca- y otros 26 condenados a muerte y a cadena perpetua, indicaron las fuentes judiciales citadas por la agencia de noticias EFE.
Entre los que han visto su sentencia de muerte anulada figuran el entonces líder espiritual de la cofradía, Mohamed Badie, y los dirigentes Saad Katatni y Esam al Arian, que fueron presidente y vicepresidente del brazo político de la Hermandad, el Partido Libertad y Justicia.
Todos ellos fueron sentenciados por el Tribunal Penal de El Cairo el 16 de junio de 2015 por haber huido de la cárcel y haber ayudado a escapar a más de 20.000 reos de tres prisiones egipcias, en el marco del caos de la revolución de 2011, que llevó al derrocamiento del entonces presidente Hosni Mubarak.
Estos actos, junto al secuestro de oficiales y el asesinato de policías y presos, fueron realizados por los Hermanos Musulmanes, en coordinación con el movimiento islamista palestino Hamas, el grupo chiita libanés Hezbollah y yihadistas del norte de la península del Sinaí, según el fallo.
El veredicto en primera instancia estaba marcado por vicios jurídicos, por lo tanto se esperaba esta decisión de la Corte de Casación, dijo el abogado Abdel Moneim Abdel Maqsud.
Mursi, de 65 años, encarcelado en la prisión de Burg al Arab, cerca de Alejandría, en el noreste de Egipto, y con varias condenas a sus espaldas, ha negado siempre los cargos y ha destacado que sigue siendo el presidente legítimo de Egipto.
Desde su destitución, su movimiento, los Hermanos Musulmanes, debieron enfrentar una feroz represión orquestada al régimen de Abdel Fatah al Sisi, jefe del Ejército antes del derrocamiento de Mursi, que ejerció la presidencia desde el 30 de abril de 2012 hasta el 3 de julio de 2013.
En las semanas siguientes al derrocamiento del primer presidente electo en la historia de Egipto por el sufragio universal, más de 1.400 manifestantes islamistas fueron muertos por las fuerzas de seguridad.
&n